La educación afectivo-sexual es inversión de futuro
Artículo escrito por Cristina Sanjuán Vázquez, Técnico de Políticas de Infancia en Save the Children España
La educación afectivo-sexual va mucho más allá de lo que parece, nos da las herramientas necesarias para enseñar a niños y niñas a conocerse y respetarse, tanto a sí mismos como a los que les rodean, a tener autonomía y gestión de su cuerpo y sus emociones.
Se adapta a la edad y etapa educativa de nuestros hijos y nuestras hijas, ayudándoles a entender de forma progresiva y cada vez más profunda, la igualdad de géneros, el respeto mutuo, el consentimiento libre y su sexualidad, así como sus necesidades propias e individuales.
Aprender a querer y a ser querido de una forma sana y libre es fundamental para cualquier persona, y esto comienza en la infancia. Los niños y las niñas se relacionan constantemente, con sus amigos y amigas, sus familiares, profesores, entrenadores, etc. y a medida que crecen, estas relaciones se van extendiendo y evolucionando como un mapa de carreteras, con parejas, más amistades y otros tantos tipos de relaciones.
Una buena educación afectivo-sexual ayuda a que estas relaciones sean positivas, y a distinguir las que no lo son.
Por ello, para poder dar una buena educación a la infancia, todos y cada uno de los adultos presentes en sus círculos cotidianos (familia, escuela, actividades extraescolares y de ocio), y que, por tanto, influyen en su desarrollo, deben formarse de manera continuada para poder transmitir estos principios de forma adecuada y eficaz. Ningún tipo de educación será buena si el educador o educadora no dispone de todas las herramientas.
El papel de internet en el desarrollo afectivo-sexual
Internet y las redes sociales son otro medio más para crear estos vínculos, especialmente relaciones entre pares, donde pueden encontrar todo tipo de información, y con ello, acceso ilimitado a contenidos que pueden resultar dañinos con consecuencias negativas en su desarrollo. La pornografía y contenidos sexuales cargados de violencia, en los que los roles de género suelen estar determinados por la desigualdad de poder, pueden afectar a su comprensión de las relaciones personales.
La educación afectivo-sexual no pretende prohibirles el uso de internet y las redes, sino que aprendan a usarlas y, con nuestra ayuda, sepan qué aceptar y qué rechazar.
Sin embargo, no podemos dejarlo únicamente en manos de niños, niñas y adolescentes. Existe la responsabilidad de gestión de aquello que se publica en la red y quién puede o no acceder, garantizando un uso seguro y responsable. Resulta esencial que este sector privado colabore con las administraciones públicas en el cumplimiento y control de sus propias normas sobre registro y acceso, ofrecer buenos mecanismos de control parental ante estos contenidos, así como medios para su denuncia y bloqueo.
Aprender a construir relaciones sanas, libres de violencia y entre iguales, contribuye al crecimiento natural y saludable, y así, prevenir la violencia contra la infancia.
DEBEMOS APRENDER PARA PODER ENSEÑAR, ESCUELA DE PADRES Y MADRES
Para poder transmitir y enseñar, hay que aprender. Por ello, en la Escuela de Madres y Padres ofrecemos el curso online y guía “Respuestas fáciles a preguntas difíciles”, dirigida a la educación sexual integral en el ámbito familiar, con mensajes clave para mejorar la comunicación con nuestros hijos y nuestras hijas.