¿Por qué los niños y niñas solos se arriesgan a migrar?
Artículo escrito por David del Campo, Director de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria
Se dice que ser niño es un derecho. También se dice que el derecho a ser niño es algo muy importante. Pero esto no siempre es verdad, y menos cuando hablamos de los niños y niñas migrantes que ven desaparecer sus derechos. Pese a ser solo niños.
Cuando acompañas a niños y niñas en su recorrido migratorio desde Centroamérica a Estados Unidos y compruebas que hay niñas con 12 años que solo han ido a la escuela hasta los 8, que han sido violadas dos veces y que nunca conocieron a su padre. Ahí es cuando entiendes de forma brutal y dolorosa que esa niña no huye hacia Estados Unidos por lo que sueña o cree que va a tener en ese país, huye de una situación de violencia y pobreza extrema.
Huir para seguir siendo niño
Cuando me preguntan por qué niños y niñas solos se arriesgan a procesos migratorios de alto riesgo, suelo contestar que lo hacen por algo tan sencillo como es poder seguir siendo niños y niñas. Se trata de una razón poderosa, de enorme trascendencia. Se trata de un hecho que, lejos de ser tratado como si fuese un delito o esos niños fuesen terroristas o narcotraficantes, es justo lo contrario.
La historia de Jacqueline fue una de las que me más me impactó en el viaje. Ella huyó de la violencia de San Pedro Sula, Honduras, uno de los lugares más violentos del mundo. Huyó de las maras (pandillas), de la pobreza y de la falta de oportunidades. Su sueño era reencontrase con su hermana, también menor, que había migrado a México.
Migró sola, pasó a México desde Guatemala. Al llegar allí se encontró con su hermana en Tapachula. Feliz por empezar una nueva vida, comenzó a buscar una habitación para instalarse. Concertó una visita para alquilar una. Cuando llegó la rodearon varios hombres y la violaron. Se entregó a la policía y acabó en el centro de menores.
Jacqueline y su hermana han sido deportadas. Ella, tras la violación desechó el sueño de migrar. Sus ilusiones se han desvanecido. Ha preferido volver a casa y abandonar sus sueños.
El coraje de estos miles de niños y niñas es un azote a nuestros valores y principios. Si no somos capaces de tratar con dignidad y proteger a niños y niñas que huyen de uno de los lugares más peligrosos, estaremos fallando como organización de infancia, pero también como humanidad.
Origen, tránsito y destino
Lo que hemos visto durante semanas que hemos acompañado a esos chavales no es más que el guión de la dignidad y del coraje de miles de niños y niñas que no quieren dejar de serlo.
No es nuevo para Save the Children, es nuestra razón de ser desde hace casi 100 años. Lo haremos y seguiremos haciendo en el origen de la realidad de pobreza y violencia de la que huyen. Lo hacemos en el tránsito de su recorrido desde El Salvador, Honduras, Guatemala y México. También a los otros lados de muros y vallas en cualquier país por poderoso que sea.
Seguiremos denunciando al Gobierno de Estados Unidos y a su Presidente Trump cada vez que sean una amenaza e incumplan las leyes internacionales de protección de infancia. Lo haremos gracias a muchas personas como tú que nos apoyan en nuestras campañas.
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