Día Mundial de los Refugiados
La migración es un drama. Personas que abandonan su hogar, lo dejan todo, y emprende un peligroso viaje en busca de un mínimo de dignidad para vivir. Nadie huye de su casa salvo que se vea obligado a hacerlo.
En el mundo hay 30 millones de niños y niñas que viven lejos de sus hogares por haberse visto obligados a desplazarse a otro país, algo que es una situación traumática para ellos. Para llegar a España, los niños y niñas que deciden migrar solos o separados de sus familias recorren las mismas rutas migratorias que las personas adultas migrantes. La situación de riesgo a la que son expuestos los menores es prolongada, y el número de etapas de su viaje está condicionado por los recursos económicos con los que cuentan al salir de su país y el apoyo que puedan recibir de familiares y conocidos en el momento en que dichos recursos se agotan.
En los últimos años hemos asistido a un aumento de los flujos migratorios con destino a Europa debido a los conflictos que han causado la huida de la población civil desde distintas áreas geográficas.
No son solo refugiados
Las cifras son desesperanzadoras. A menudo nos preguntamos cómo podemos vivir en un mundo que ha hecho tantos grandes avances en las últimas décadas y, sin embargo, deja cada vez a más gente - en este caso los niños refugiados- atrás. Los niños refugiados no son solo refugiados. Son grandes fotógrafos, artistas, ingenieros, jugadores de fútbol y cantantes. Su situación no debe condicionar su futuro. Ellos tienen derechos y deben ser respetados.
Un futuro incierto
España sólo ha acogido un 16% de los 17.337 refugiados con los que se había comprometido dentro del programa de reubicación y reasentamiento acordado por la Unión Europea.
De hecho, cuando hablamos de los casos de migrantes más vulnerables (los niños y niñas que viajan solos) vemos que la situación es igual de mala: en los últimos cinco años se han tramitado poco más de 100 solicitudes de asilo de niños y niñas que han llegado solos, de las que solo se han aprobado una de cada tres. Este dato es muy significativo y demuestra que los niños no tienen acceso al procedimiento por falta de información o asesoramiento jurídico
La llegada del Aquarius el pasado fin de semana ha puesto de relieve que los niños y niñas que viajan solos son los más vulnerables y que están expuestos a todo tipo de peligros. Por eso pedimos al Gobierno que, de forma coherente con su solidario gesto, promueva más iniciativas para que la infancia migrante y refugiada llegue de manera segura al país a través de los programas de reubicación y reasentamiento, los corredores humanitarios y la tramitación de las solicitudes de asilo a través de los consulados en el exterior.
El final de esta crisis de refugiados tiene mucho que ver con la voluntad política que exista realmente por acabar con ella. Creemos que esta situación tiene solución. Si tú también estás de acuerdo firma nuestra petición.
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