Desnutrición y obesidad, Día Mundial de la Alimentación
Hoy se celebra el Día Mundial de la Alimentación, un buen momento para echar la vista atrás y analizar cómo se alimentan los niños, qué mejoras ha habido en materia de desnutrición y qué retos se presentan en el futuro.
Hay noticias para el optimismo: hoy hay 96 millones de niños menos con desnutrición crónica que hace 25 años y en solo un año 15 países más podrían cumplir con los objetivos de reducción de la desnutrición marcados para 2025 por la Asamblea Mundial de la Salud. El Informe Mundial de Nutrición, que presentamos hace pocos días junto a Acción Contra el Hambre, evalúa los progresos realizados por los países e identifica medidas para acelerar estos progresos. Porque sí, es cierto que los avances podrían ser mucho más rápidos y hay que seguir con especial atención el aumento de la obesidad, una nueva amenaza para la salud nutricional de la que no se salva ningún país en el mundo.
La importancia de la lucha contra la malnutrición
Existen muchos tipos de malnutrición. De 652 millones de niños, 161 millones sufren desnutrición crónica, 50 desnutrición aguda y 42 obesidad.
El Informe Mundial de Nutrición 2015 habla de la necesidad de que los gobiernos de los países en desarrollo multipliquen por dos su financiación de intervenciones específicas en nutrición, así como en los países de la OCDE esta inversión se debe multiplicar por cuatro. Con esa inversión seremos capaces de erradicar la desnutrición en el plazo previsto.
Nalwai* tiene 11 meses y es paciente de nuestro programa de nutrición en Paringa, Sudán del Sur. Su madre Natiyam tiene dos hijos, Nalwai es la menor. Su marido es ganadero también en Paringa. Ella cosecha sorgo, un cereal de la zona. Las plagas afectaron a la cosecha, así que se quedaron con poca cantidad para el consumo. Sobreviven con la venta de leña, pero no lo suficiente. Nalwai lleva cuatro meses en el programa de nutrición.
Hay ocho instalaciones base y ocho centros terapéuticos de la comunidad que gestionamos en Save the Children en Kapoeta. En el programa llamado OTP hay muchos niños que sufren malnutrición grave de 6 a 9 meses. Los niños reciben un suplemento alimenticio y se supervisa su mejora, se les pesa y se les mide el perímetro del brazo.
Los niños que entran en el programa no suelen estar más de un mes, ése es el plazo normal de recuperación. Si no se han podido ver mejoras tienen que entrar en un programa distinto, el dirigido a niños con desnutrición moderado. Un mes normal, pueden beneficiarse de en los programas OTP y TFSP en Kapoeta más de 3.000 niños.
Los países en desarrollo tienen que incrementar la financiación para la lucha contra la malnutrición. Concretamente deben ampliar el el paquete básico nutricional, que contiene diez intervenciones clave como la promoción de la lactancia exclusiva hasta los seis meses, la suplementación con vitamina A o zinc a niños o el tratamiento comunitario de la desnutrición aguda severa.
Los gobiernos del mundo han parecido comprender por fin que una buena salud nutricional es la premisa para la realización de cualquier otro derecho básico de las personas y el punto de partida para el desarrollo sostenible de cualquier país.
Invertir en alimentación, una inversión rentable
El Informe de Nutrición mundial presenta también nuevos datos reveladores sobre la rentabilidad de la inversión en nutrición: un euro invertido en programas específicos de nutrición tiene un retorno de 16.
Las inversiones que deben realizarse pueden realmente acabar con la malutrición. Medidas tan sencillas como la puesta en marcha de tratamientos sencillos y asequibles a los que actualmente solo tienen acceso uno de cada 10 niños que lo necesitan, la financiación de intervenciones específicas en nutrición y combinar medidas relacionadas con el agua, el saneamiento, la higiene y los medios de vida, o la mejora en el seguimiento que se hace a estos tratamientos, harían que esta triste tasa que presentamos, se vean reducidas de manera sustancial.
La obesidad, el otro extremo de la malnutrición, ha aumentado en todo el mundo. La obesidad y las enfermedades relacionadas están costando hasta un 20% de los presupuestos sanitarios en el mundo. Igual que con nuestros hijos prestamos especial anterior de los peligros que tienen en casa, que la violencia a la que están expuestos, debemos vigilar qué comen los menores para crear dietas equilibradas que contribuyan a tener una buena salud y evitar afecciones futuras.
El Informe contiene datos de alto valor estadístico con exhaustivos perfiles nutricionales de cada país, región y a nivel global en los que se recogen aspectos que van desde el momento de inicio de la lactancia hasta las provisiones legales relacionadas con la nutrición, pasando por la disponibilidad de frutas y verduras o las fuentes de agua segura. Puedes consultar un resumen en castellano en este enlace.