¿Por qué es necesario un Defensor de la Infancia?
Almudena Escorial, Responsable de Relaciones Institucionales, explica por qué nos vamos mañana con la Agenda de Infancia al Congreso de los Diputados.
Imaginaos que os llega una carta de la Administración en la que se os dice que tenéis que pagar una multa de 5.000 euros y entregar el carnet de conducir. Estáis seguros de no haber cometido ninguna irregularidad, ya que lleváis más de seis meses sin conducir. ¿Qué haríais? La mayoría se pondría en contacto con dicha Administración, regañaría al funcionario de turno e interpondría un recurso. Muchos llamarían a un abogado para que le llevara el tema y correr menos riesgos. Otros acudirían a un familiar que trabaja en dicho Ministerio para saber qué hacer. Y algún osado llamaría a un programa de radio o televisión, para que difundieran su caso y le ayudara a solucionarlo. Entre otras cosas.
Ahora imaginaos que tenéis 13 años y que en lugar de una multa, lo que os ha ocurrido es que un educador del centro de protección en el que estás viviendo, te prohíbe ver a tus padres y hablar con ellos como castigo. ¿Qué harías? Probablemente nada, aparte de sentir impotencia, frustración, soledad e incomprensión. Y es que el 83% de los niños y niñas que viven en España no sabría cómo pedir ayuda en caso de que sus derechos sean vulnerados.
Es evidente que en ambos casos se han vulnerado los derechos de dos personas por parte de la Administración. Es también evidente que no es lo normal, es decir no ocurre en la mayoría de las ocasiones, sin embargo es algo que pasa.
En un estado de derecho, lo grave no es tanto que existan estos “abusos”, como que el propio sistema no detecte estos fallos, de voz a los ciudadanos y permita acabar con ellos. En el caso de los niños y niñas es especialmente preocupante, debido a su especial vulnerabilidad y a la invisibilidad que sufren. Por ello, es necesario reforzar estos mecanismos de control, supervisión y garantía de sus derechos. Uno de estos mecanismos es el Defensor de la Infancia.
Porque no es suficiente lo que existe
Hay que recordar que existen figuras similares a la que proponemos pero que no reúnen los elementos esenciales que debería tener:
Por un lado, existen Defensores regionales en algunas Comunidades, como el de Madrid. Sin embargo no garantizan la atención a todos los niños y niñas que viven en España (solo en sus CCAA), la igualdad y no discriminación de todos ellos, así como la unidad de criterio."
Y por otro, existe el Defensor del Pueblo, con competencias en todas las CCAA, que recibe y tramita quejas sobre niños y niñas. Sin embargo no tiene un Área de Infancia que visibilice la necesidad de reforzar la supervisión de los derechos de los niños y niñas y centralice todas las quejas. El enfoque de derechos de la Infancia requiere un tratamiento específico y sobre todo, una respuesta integral.
Proponemos por tanto, un Defensor de la Infancia, que podría estar integrado dentro de la Institución del Defensor del Pueblo, que supervise la acción de las Administraciones Públicas con el fin de salvaguardar los derechos de los niños y niñas. Es decir que velara porque las Administraciones Públicas, tanto por acción u omisión, cumplen su obligación de proteger sus derechos así como de garantizar que toda decisión que se toma, lo es en su superior interés.
Además de ver casos concretos a través de las quejas, impulsaría mejoras estructurales de nuestro sistema por iniciativa propia: con quejas de oficio, informes o estudios especiales, propuestas de debate general o de reformas de procedimientos, reglamentos o leyes.
Todo ello contribuiría además a divulgar los derechos de la infancia y a que los niños y niñas sean considerados auténticos ciudadanos con derechos.