Avances en la prohibición del castigo físico
Hace unos meses el Centro de Investigaciones Sociológicas de España publicaba una encuesta en la que se deducía que el “cachete” sigue enraizado en la cultura española. A pesar de su prohibición legislativa desde el año 2007, muchas personas siguen considerando lícito el empleo de una actitud que implica violencia para la educación de sus hijos.
Desde Save the Children tenemos una postura muy clara en contra del uso de cualquier tipo de castigo físico hacia cualquier niño o niña por muchas razones pero por encima de todo, porque es el derecho del niño o la niña el recibir un trato libre de toda forma de violencia.
En lo que llevamos de año podemos analizar los últimos avances que se han logrado y los retos que quedan por alcanzar sobre el castigo físico a menores:
- En 2010, Polonia, Kenia y Túnez se sumaban a la prohibición del castigo físico hacia el niño en cualquier forma y lugar, lo que se traduce en que el uso de esta forma de violencia está prohibido tanto dentro del hogar como en lugares o instituciones fuera del hogar.
- El número de países cuya legislación prohíbe totalmente este tipo de violencia asciende ya a 29 e incluye estados de África, Europa, Latinoamérica, Asia oriental y el Pacífico y Oriente Medio. La promulgación de esta misma ley por parte del gobierno provisional de Sur Sudán refuerza los progresos significativos que se han logrado a nivel mundial desde que en 1979 Suecia fuese el primer país en prohibirlo.
- Existen países como Italia o Nepal en los que el castigo no está prohibido por la legislación pero si por la normativa de la Corte Suprema (nuestros compañeros de Save the Children Italia están llevando a cabo una campaña de incidencia política para lograr que la prohibición se incluya explícitamente en la legislación del país).
El gran progreso logrado no oculta sin embargo la realidad de las cifras: a finales de 2010, todavía quedaban 168 estados donde la ley todavía permite el uso del castigo físico en el hogar, precisamente el lugar donde más seguros deberían sentirse los niños y las niñas.
Con las cifras en la mano, sólo un 4,5% de los niños y las niñas del mundo están protegidos por la legislación frente a cualquier tipo de castigo físico, sea “cachete”, “azote” o cualquier apelativo con el que cariñosamente se quiera denominar una conducta que en su misma esencia implica violencia.
Aunque con mayores avances, algo similar ocurre en la prohibición de la violencia en las escuelas: 110 países lo han prohibido pero todavía quedan 87 en los que está permitido. El relativamente escaso número de países que han alcanzado esta misma prohibición en todo tipo de instituciones de cuidado de la infancia (un total de 38 frente a los 156 que no lo han prohibido) refleja la amplitud en la consideración de lo que es una institución de cuidado a la infancia (instituciones residenciales o de día, acuerdos de cuidado y atención formales o informales, sistemas de acogida, etc) y una similitud con las dificultades que existen para alcanzar la prohibición en el hogar.
El mapa de los retos por lograr
Haciendo un repaso más exhaustivo sobre el mapa legislativo mundial en torno a la prohibición del castigo físico, nos encontramos con países como Afganistán, Bután, Bangladesh, Sri Lanka, República Checa, Estonia, Irlanda, Lituania, Maldivas, Pakistán, Perú, Servia, Eslovaquia, Eslovenia y Taiwan en los que todavía está permitido por ley en algunos espacios pero que cuentan con un compromiso claro de los gobiernos para legislar la prohibición total (siendo total, en todos los espacios o lugares).
Por otro lado, están los países en los que existen proyectos de ley para la total prohibición que se están discutiendo en el Parlamento pero que no cuenta con una declaración clara del Gobierno para su prohibición. En la lista de estos países se encuentran Canadá, Mongolia, Nicaragua, Filipinas y Sudáfrica.
Y ya por último estaría la lista de los países en los que el castigo físico contra la infancia estaría permitido en algún emplazamiento (bien en el hogar, bien en la escuela u otras instituciones o bien en todos los lugares) y en los que no existen ningún compromiso gubernamental explícito para su prohibición inminente. La lista incluiría el resto de países de los 168 que señalábamos al principio del artículo y en la que también se incluyen países supuestamente “avanzados” en reformas sociales como pueden ser los Estados Unidos de América (donde el castigo físico no está prohibido en el hogar y sólo algunos estados prohíben su uso en escuelas u otras instituciones), el Reino Unido (donde está prohibido en la escuela pero no en el hogar ni dentro del sistema privado de acogidas), Francia o Australia. De hecho, en 2007 Nueva Zelanda se convertía en el primer país de habla inglesa en el que se legislaba en contra del castigo físico.
Desde Save the Children y la Iniciativa para Acabar con el Castigo Físico estamos realizando una exhaustiva campaña a nivel mundial para lograr la prohibición universal del castigo físico. Un gran apoyo en la campaña ha sido el hecho de que en 2004 el Consejo de Europa se convirtiese en el primer cuerpo intergubernamental e interestatal que lanzaba una campaña para esta prohibición en los 47 estados miembros.
Hemos comenzado con la cuenta atrás, pero queda mucho por hacer para lograr que el castigo físico contra la infancia ocupe todo el mapa mundial.