De la crisis del hambre al "Bla, bla, bla" sobre el clima:
los 7 mayores desafíos a los que se enfrentan los niños y las niñas en 2022
Por: Claire Leigh, Directora de Política Global, Incidencia Política e Investigación en Save the Children.
Todo el mundo espera que las campanadas que anunciarán la entrada de 2022 puedan significar el comienzo de una etapa mejor, después de dos años de pandemia global que ha diezmado las economías globales, puesto contra las cuerdas los sistemas de salud y está cambiando cada vez más el tablero político. Sin embargo, parece que múltiples crisis relacionadas entre sí caracterizarán el nuevo año.
Desde Save the Children esperamos que para los niños y las niñas de todo el mundo el impacto de esas crisis sea más liviano. Los siete "mayores desafíos" para los niños y las niñas deberán abordarse con fuerza y creatividad para que, a nivel mundial, 2022 no sea otro año de retroceso para los derechos de la infancia.
Desafío 1: Sobrevivir a la crisis del hambre, con unos niveles que no se había visto en décadas
En 2021 la combinación de COVID, conflictos y cambio climático han llevado a millones de niños y niñas a la desnutrición, y en 2022 se estima que dos millones de menores de cinco años morirán por causas relacionadas con el hambre. Los líderes mundiales se reunieron para discutir la creciente emergencia en Japón a principios de diciembre, pero ¿cumplirán sus promesas?
Desafío 2: Volver a las aulas después de dos años sin ir a la escuela
Los niños y las niñas de Uganda, muchos de los cuales no han vuelto a las aulas desde marzo de 2020, esperan poder hacerlo en el año nuevo. En todo el mundo se estima que 117 millones de niños y niñas aún no asisten a las clases debido a la COVID-19. Este dato se suma a los 260 millones de ellos que no tenían acceso a una educación incluso antes de la llegada de esta pandemia. En Save the Children hemos estado organizando "Clubes para ponerse al día", para garantizar que los alumnos y las alumnas no se queden atrás, mientras las puertas de sus escuelas permanecen cerradas. Al mismo tiempo, cuanto más tiempo pasen los niños y las niñas fuera del sistema educativo, menores probabilidades habrá que vuelvan a matricularse, y las niñas corren un riesgo más alto de abandono escolar porque son más expuesta al riesgo de contraer matrimonio. Es probable que el impacto que tenga este retraso educativo sea dramático. Un estudio reciente sugiere que el número de niños y niñas que no son capaces de leer textos básicos a los 10 años de edad podría haber pasado del 53% antes de la COVID al 70% en la actualidad.
Desafío 3: Impulsar a los líderes políticos: del "bla, bla, bla" a la acción contra el cambio climático
La cumbre climática COP26 que tuvo lugar en Glasgow en noviembre representó un momento clave para el activismo juvenil, con una creciente asertividad e impaciencia del movimiento juvenil del que Greta Thunberg es la abanderada. Las promesas hechas por los líderes mundiales en Glasgow siguen siendo insuficientes para lo que nos queda por cumplir, y los niños y las niñas son quienes sufrirán las peores consecuencias de la inacción de los adultos ante el desastre que se avecina. Ahora, todas las miradas están puestas en la COP27, para ver si los gobiernos pueden convertir el "bla, bla, bla" de Glasgow en acciones concretas y así asegurar un futuro mejor a los niños y las niñas.
Niños, niñas y adolescentes que participaron a #ActívateConElClima en noviembre en Madrid.
Desafío 4: Sobrevivir en zonas de conflicto
Casi 200 millones de niños viven en zonas de guerra, el número más alto en más de una década, y con un incremento del 20% respecto a los 162 millones de hace un año. Muchos de estos niños y niñas ya deben enfrentarse a las consecuencias del cambio climático y luchan contra la crisis de hambre que amenaza sus vidas. Las organizaciones que defienden los derechos humanos y de la infancia estamos trabajando para tratar de protegerlos de los peores efectos de la guerra, entre otras cosas, logrando que 112 países suscriban la Declaración de Escuelas Seguras, que prohíbe los ataques a edificios escolares en las zonas de conflicto.
Desafío 5: Perder los derechos fundamentales en nombre de la lucha contra el terrorismo
El auge de los grupos armados y el reclutamiento de niños y niñas ha dado lugar en muchos casos a políticas draconianas hacia los niños y niñas reclutados: desde menores atrapados en campamentos en el noreste de Siria debido a su supuesta afiliación con ISIS, hasta niños y niñas asociados con grupos armados en la República Democrática del Congo. Es frecuente que sean detenidos indefinidamente, despojados de su ciudadanía o que sufran una terrible discriminación. En 2022, se seguirá trabajando para desmovilizar, liberar, repatriar y reintegrar a estos menores, con el fin de devolverles lo que les queda de su infancia.
Desafío 6: Estar en movimiento y encontrar lugares de acogida
En la actualidad, más niños y niñas se ven obligados a desplazarse que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. Entre 2005 y 2020, el número de niños y niñas refugiados se ha más que doblado: de cuatro millones a alrededor de 10 millones. Es frecuente que las imágenes de menores que cruzan fronteras o mueren en el proceso migratorio conmuevan a todo el mundo y, en ocasiones, sean la clave para modificar las políticas migratorias. Dado que el flujo de familias desesperadas que buscan refugio no muestra signos de disminuir, la pregunta en 2022 es si los niños pueden esperar encontrarse con barreras u obstáculos en su viaje hacia la seguridad.
Desafío 7: Evitar un aumento de la mortalidad infantil debido la COVID-19
Ha habido reducciones dramáticas en las tasas de mortalidad infantil en los últimos 30 años, casi un 60% desde 1990. Sin embargo, las demandas sin precedentes hechas a los servicios de salud en todo el mundo, debido a la pandemia de COVID-19, han causado enfermedades que anteriormente estaban remitiendo. Las muertes por malaria, que antes tenían una trayectoria descendente a largo plazo, han aumentado en 32 países desde el inicio de la pandemia. Existe una posibilidad real de que la mortalidad infantil aumente en 2022 por primera vez en décadas, lo que representa un revés desastroso para la salud infantil a nivel mundial. Dicho esto, los avances recientes, como la primera vacuna eficaz contra la malaria del mundo, ofrecen la esperanza de que los avances en las vacunas, estimuladas por la pandemia, puedan beneficiar a los niños y las niñas a largo plazo.