no más muertes de niños
a causa de la violencia
En los últimos años 100 niños y niñas han muerto en nuestro país por violencia. Niños a los que ya no podemos proteger. Como Maja, de 9 meses o Carlos de 4 años, muertos por maltrato, o Lucía que con 13 años se quitó la vida tras sufrir acoso escolar. Así hasta 100.
Queremos que estos niños y niñas sean los últimos 100. Y para ello tenemos que ser muchos los que alcemos nuestra voz y se la demos a los que ya no la tienen. Necesitamos una Ley que acabe con la violencia que sufren tantos niños y niñas en España. Una Ley que los proteja del maltrato, la violencia de género, los abusos sexuales, el acoso escolar y toda forma de violencia. Porque ningún tipo de violencia hacia la infancia es tolerable, y todas ellas se pueden prevenir.
Sólo un 15% de los casos de violencia sexual contra niños y niñas se denuncia. 1 de cada 2 abusos sexuales en España son contra menores de edad. 1 de cada 10 estudiantes afirma ser víctima de acoso escolar. Decenas de niños y niñas pierden la vida cada año por causas directamente relacionadas con la violencia.
Es urgente poner al servicio de la infancia víctima de violencia mecanismos de prevención y denuncia que eviten más muertes y es urgente reparar los daños ocasionados en los niños que han sufrido violencia.
Únete a la campaña #LosÚltimos100. Porque con tu firma podemos alzar la voz para que estas 100 muertes sean las últimas. ¡Firma la petición!
Esta es la petición que vas a firmar:
Destinatario: Gobierno de España
Los niños y niñas de nuestro país se enfrentan en silencio a graves situaciones de violencia que ponen en peligro su vida y que pueden condicionar su desarrollo. Sólo en 2012 se detectaron 9.060 casos de maltrato infantil en España.
La violencia contra la infancia es un problema real que requiere de un compromiso político para aprobar una Estrategia integral frente a todas las formas de violencia contra la infancia, que cuente con un presupuesto específico y que tenga como eje vertebrador una Ley Orgánica.
El Estado español tiene la responsabilidad de garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños y en concreto su integridad física y moral.