Más del 30% de padres y madres adscritos a programas de pobreza en Andalucía perdieron el empleo por la pandemia
La crisis económica derivada de la pandemia ha golpeado duramente a las familias de Andalucía. En el 22,3% de las familias uno o más adultos perdió su trabajo de manera permanente y en un 10,6% de los hogares uno o más adultos perdió de manera temporal.
Save the Children hizo público en marzo de 2021 los resultados de una encuesta, dentro del lanzamiento de su campaña ‘La ola invisible’, con la que quiso visibilizar los efectos de la crisis económica y social en las familias que ya sufrían pobreza antes de la pandemia. Asimismo, la organización hizo llegar a los diferentes grupos políticos e instituciones andaluzas el documento ‘Acabemos con la normalidad de la pobreza infantil’, donde incluía las propuestas políticas necesarias para abordar el impacto de la pandemia y proponía vías de encaje de las mismas en los Planes de Recuperación, Transformación y Resiliencia, actualmente en fase de elaboración.
Según los datos de la Encuesta de Población Activa del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, en el cuarto trimestre del 2020, se registró un aumento del paro del 10,1% con respecto al mismo trimestre del año anterior. En total, en Andalucía en ese momento había 907.200 personas paradas. Esta situación agravaba los niveles de pobreza infantil a los que ya se enfrentaba Andalucía y creaba una emergencia sobre la emergencia. Según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE correspondientes a 2019, el 29,5% de los niños, niñas y adolescentes en Andalucía (469.995 menores de 18 años) se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social en 2019 (indicador AROPE con umbral de pobreza de Andalucía), llegando al 40,8% si empleamos el umbral de pobreza estatal, (650.027 niños/as).
Save the Children insiste en que, a pesar de la mejora de los datos sanitarios, continuamos inmersos en una emergencia social. La organización señala que la masiva reducción de los puestos de trabajo ha supuesto una merma importante en las rentas de las familias vulnerables, agravando la precaria situación en la que ya vivían antes de esta crisis.
Si no actuamos ya, el 80% de los niños y las niñas que viven en situación de pobreza en Andalucía serán adultos pobres. Además, las proyecciones de aumento de pobreza infantil severa nos dicen que hay un riesgo muy alto de duplicar en muy poco tiempo el 11% de niños y niñas andaluces en esta situación, pasando a un 22%, más de 350.000 menores viviendo en pobreza severa. Esta situación sería una catástrofe para nuestra infancia y para toda la sociedad andaluza.
El 80% de los niños y las niñas que viven en situación de pobreza en Andalucía serán adultos pobres.”
Hay evidencias de experiencias exitosas a nivel internacional que muestran que implementando las políticas adecuadas se puede erradicar la pobreza infantil. Por eso, Save the Children pide al Gobierno andaluz y a todos los partidos políticos que aprueben medidas para frenar esta ola invisible de pobreza y desigualdad que tanto lastra la vida de los niños y las niñas, y de la sociedad en su conjunto.
María del Carmen, una madre sevillana de 45 años que participa en los programas de Save the Children, confiesa que la situación económica en su casa no es la misma desde que comenzó la pandemia. Con cuatro hijos, ella y su marido hacen malabares para poder llegar a fin de mes. “Antes de la crisis, yo iba a los supermercados grandes a comprar, ahora tenemos que ir a lo poquito, una caja de leche de un sitio o buscarme la vida para poder…, pidiendo para poder darle de comer a mis hijos”, comenta.
En las primeras Navidades en pandemia, Save the Children publicó los resultados de una encuesta sobre condiciones económicas y sociales de las familias en España, poniendo especial atención en la infancia. Los datos confirmaron que el 80% de las familias en Andalucía con menores a cargo en situación de pobreza habían visto reducidos sus ingresos como consecuencia de la Covid-19.
La pérdida del empleo ha supuesto una merma importante en las rentas familiares, que ya antes de la crisis de la Covid-19 eran limitadas, situando a muchas familias andaluzas en una posición difícil para hacer frente a los costes de su vivienda o a los de los suministros domésticos. El 64,9% de las familias declaraba tener o haber tenido dificultades para pagar la hipoteca o el alquiler y ese porcentaje se elevaba a casi el 71% cuando se les preguntaba sobre el pago de los suministros básicos de electricidad, calefacción o agua, entre otros.
LA POBREZA ACENTÚA EL FRACASO ESCOLAR ENTRE LOS MENORES
A nivel educativo, Save the Children destaca que el 26,3% de niños y niñas andaluces de dicha encuesta no estaba recibiendo ningún tipo de apoyo extra, a pesar de que sus madres y padres consideraban que sí lo necesitaban. Además, un 42% de los niños y niñas declaraba estar desmotivado con los estudios o les apetecía menos ir a clase. Y un 2% había pensado, incluso, en dejar de estudiar. Madres y padres apuntaban al cansancio asociado a los meses de confinamiento, a las eventuales cuarentenas, a las restricciones en la socialización con otros compañeros y compañeras, a las normas de distanciamiento, así como el miedo al contagio o el uso obligatorio de mascarillas como algunas de las causas del limitado interés que sus hijos e hijas demostraban con los estudios. Save the Children recuerda que antes de la pandemia, Andalucía ya tenía la tasa más alta de abandono escolar temprano de España (21,6%) y que esta se ceba siempre con los hijos e hijas de las familias más vulnerables.
Save the Children también observaba en su encuesta que la convivencia en espacios pequeños con varias personas, la inestabilidad laboral y el propio miedo a contraer la Covid-19 impactó enormemente en el bienestar de estas familias. Por ejemplo, la información reportada por madres, padres y otros cuidadores andaluces indicaba que un 54,8% de los niños y niñas y adolescentes andaluces habían mostrado cambios negativos en su estado emocional como consecuencia de la pandemia. Los efectos emocionales y psicológicos más frecuentemente mencionados son estrés o nerviosismo, ansiedad y miedo.
La situación derivada de la Covid-19 se ha manifestado, también, en cambios en los patrones de ocio, actividad física y tiempo de juego dentro y fuera del hogar de niños, niñas y adolescentes. De acuerdo a los datos reportados por los padres y las madres, un 43,2% de los niños y niñas apenas salían casi a la calle o al aire libre. Aquellos niños y niñas que pasaban más de 5 horas a la semana jugando en el exterior no llegaban al 10%. Respecto a la actividad física en el hogar, madres, padres y cuidadores reportaron que el 89% de los niños y las niñas no estaba practicando ninguna actividad física en sus hogares.
En marzo de 2020 Save the Children puso en marcha el programa de emergencia ‘A tu lado’ para continuar apoyando a las familias vulnerables, tal y como venía haciendo antes de la pandemia. Con este proyecto la organización ha ayudado en el último año a más de 3.000 niños y niñas, y sus familias; concretamente a más de 2.000 familias. Save the Children proporcionó a la infancia y las familias con menos recursos transferencias de efectivo para comprar bienes de primera necesidad, apoyo psicológico y de acompañamiento, y clases de refuerzo educativo de manera presencial y online. Además, desde el inicio de la pandemia, la organización ha entregado 1.000 dispositivos y conectividad a más de 1.000 hogares para que niños y niñas puedan seguir con su educación a distancia en las cuarentenas.
UNA OPORTUNIDAD PARA REVERTIR ESTA SITUACIÓN
Propuestas para acabar con la pobreza infantil en Andalucía
Transformando la actual Renta Mínima de Inserción Social de Andalucía (RMISA) para hacerla compatible con el IMV con el objetivo de la eliminación de la pobreza infantil.
Esta modificación de la Renta Mínima de Inserción Social de Andalucía deberá:
No dejar fuera de su cobertura a familias en situación administrativa irregular e imponga como único requisito tener vecindad administrativa en territorio andaluz.
Para que el ingreso cumpla con su función de acabar con la pobreza infantil es importante que no excluya a familias de origen extranjero, la irregularidad multiplica los factores de precariedad y consecuentemente el riesgo de pobreza. Los niños y niñas en familias de origen extranjero tienen una probabilidad del 48% de vivir en riesgo de pobreza.
Contemplar cuantías para las familias con menores de edad a cargo y monoparentales iguales a las previstas por el IMV para dar el mismo nivel de protección.
Introducir medidas de ayuda para el pago de gastos asociados a la vivienda (alquiler e hipoteca) para los perceptores de esta prestación. La vivienda es uno de los determinantes sociales más influyentes en la exclusión social y la pobreza, y supone uno de los gastos al mes más importante para las familias, por lo que es imprescindible para que la renta mínima funcione y cumpla con su misión que esta cuestión se contemple.
Propuestas relacionadas con Educación:
Impulsar y favorecer una Educación Infantil de 0 a 3 años que cumpla con unos estándares de calidad más elevados, como la mejora de infraestructuras, la reducción de ratios, el aumento de la financiación para asegurar un profesorado de calidad y en buenas condiciones laborales, una estrategia de formación permanente viable y una mejora continua de las metodologías didácticas de aprendizaje adaptadas.