Con 60€ podemos dar
un kit de invierno a 6 niños
Seamos la mano amiga. Podemos salvar vidas.
Con cada 60€ que dones podemos ofrecer un kit de invierno a 6 niños
Han pasado cinco años desde la llamada "crisis de los refugiados" y, a día de hoy, los niños y las niñas migrantes y refugiados todavía sufren las duras políticas fronterizas y migratorias en toda la Unión Europea.
Los campamentos de refugiados son en algunas ocasiones un limbo al que llegan quienes consiguen huir del infierno, pero del que no se logra salir. Un limbo para niños y niñas que necesitan con urgencia salir de ahí y conseguir un verdadero hogar donde estar protegidos.
Zahara es una de esas niñas. Ella tiene 13 años y tuvo que escapar de Afganistán junto a su madre y su hermano pequeño, un bebé recién nacido. Ahora se encuentran en la isla griega de Lesbos. Estaban refugiados en el campamento de Moria, pero, tras su incendio, fueron conducidos al nuevo campamento construido en la misma zona.
Necesitan salir de allí, pero las necesidades hasta que eso pase se les acumulan. Han perdido lo poco que les quedaba en el incendio: su ropa y su tienda de campaña.
En el nuevo campamento, duermen al raso, comen una vez al día y no hay baños. Pasan hambre, no tienen acceso a agua y no hay médicos para atenderles en el campo.
Colabora para cambiar su situación y apoya nuestro trabajo con la infancia refugiada.
Trabajamos en varios países de origen de los niños y niñas que terminan en campos de refugiados como los de Lesbos: en Afganistán, Jordania, Líbano, Irak, la República Democrática del Congo, Siria o Somalia.
Gracias a la solidaridad de miles de personas, actuamos tan pronto como surgen las primeras necesidades de los niños y las niñas que sufren la violencia de las guerras y continuamos haciéndolo en su proceso migratorio y su llegada a Europa.
Lo damos todo para garantizar su salud, nutrición, educación y protección.
Aunque los campamentos de personas refugiadas no sean lugares para la infancia, de igual forma es imprescindible que trabajemos en ellos, y lo hacemos, en los campos en los que trabajamos, distribuyendo comida, ropa y otros bienes esenciales. También repartimos láminas de plástico y madera para ayudar a las familias a mejorar sus casas.
Nos negamos a que haya más campamentos de refugiados de la vergüenza como el de Moria. Por ello sumamos a todo nuestro trabajo de intervención directa con niños y niñas en situación de extrema vulnerabilidad la denuncia pública de sus circunstancias. La Unión Europea es responsable de la situación de desamparo de miles de familias migrantes y refugiadas.
Ayudamos a más de 133 millones de niñas y niños en más de 118 países
Todo esto es gracias a personas como tú.