Estamos ahí antes, durante y después de una crisis
Cuando una crisis estalla y tienes que dejar tu hogar atrás hay decisiones difíciles de tomar. Es probable que cogieses documentos, libros, ropa o juguetes. Pero ¿Qué hay de las cosas que no pueden caber en una maleta? La seguridad, los ingresos, la estabilidad emocional y la educación, entre otras cosas.
Los niños y las niñas son especialmente vulnerables en contextos complejos y se enfrentan a la pérdida de derechos fundamentales, a la interrupción de su educación y a la incertidumbre sobre su futuro.
Cuando un terremoto sacudió Afganistán, las familias lo perdieron todo al derrumbarse sus casas a su alrededor. Tras el terremoto, les proporcionamos lo que necesitaban desesperadamente y lo que no cabía en una maleta. Transferencias en efectivo para comprar alimentos y artículos de aseo. Espacios seguros donde los niños y niñas pudieran jugar, hablar y procesar sus terribles experiencias.
Cuando la sequía asoló África oriental, enviamos en camiones suministros de alimentos y agua que salvaron vidas. Y dimos a las familias lo que no se puede meter en una maleta: ayuda económica para que pudieran alimentar a sus hijos, acceso a la educación para que los niños y niñas pudieran seguir aprendiendo y tener la oportunidad de un futuro.
Cuando un desastre golpea proporcionamos todo lo que no has podido llevar contigo
Únete a los más de 150.000 socios de Save the Children y ayúdanos a desarrollar nuestros programas
Ayudamos a más de 133 millones de niñas y niños en más de 118 países