Secretos que destruyen
Un resumen de las aportaciones recogidas en cinco seminarios sobre la prevención del abuso sexual infantil
Cuando Anna cumplió doce años, su padrastro John la obligó a tener relaciones sexuales con él por primera vez. Esta situación continuó durante dos años sin que Anna contase a nadie lo que estaba pasando. Durante ese tiempo Anna cambió. Se convirtió en una niña muy callada, tanto en el colegio como en casa. Se hizo irritable y a menudo se peleaba con sus hermanos más pequeños y con su madre. El silencio creó también un espacio vacío, un hueco, dentro de Anna. El dolor por lo que le estaba pasando, la amenaza de John de que mataría a su madre si Anna revelaba su secreto, hicieron que Anna dejara de advertir sus propias señales de alarma, señales que suelen ayudar a un niño a saber que etá en peligro.
El testimonio de Anna quedó plasmado en el documento Secretos que destruyen en el que recogemos distintas ponencias presentadas en cinco seminarios europeos sobre prevención y rehabilitación de abusos sexuales a niños y niñas. Los seminarios reunieron a más de 500 profesionales de toda Europa para debatir aspectos relativos a la prevención, rehabilitación, colaboración y otras áreas relacionadas con el problema de los niños víctimas de agresión y explotación sexual.
El abuso sexual contra la infancia existe
El abuso sexual es una terrible realidad que también cuentan las cifras: diversos estudios realizados en Europa muestran que entre el 7 y el 20% de las niñas y el 3 al 10% de los niños han sido objeto de abuso sexual antes de cumplir los 18 años. Cifras que, en muchos casos, reflejan matices que hacen más complejo el problema: en un estudio realizado en Inglaterra, se advirtió que el 30% de los agresores tenían menos de 18 años; otros estudios han demostrado asimismo que hasta un 50% de los agresores adultos cometieron su primer delito o agresión antes de cumplir los 18 años.
El abuso sexual adopta distintas formas y supone una mayor amenaza en determinados contextos. Los niños y niñas que viven en la calle o en condiciones de pobreza corren un mayor riesgo de ser objeto de abusos y explotación sexual. Y a este respecto, en los seminarios se hizo muy presente el debate sobre el papel de los medios de comunicación a la hora de prevenir el problema. La cobertura de estos temas en los medios puede reforzar la conciencia sobre el abuso sexual infantil, reafirmando los derechos de aquellos niños expuestos a abusos sexuales. Pero no puede olvidarse que la complejidad del asunto obliga a los profesionales a ser excesivamente cautelosos cuando sospechan que un niño está siendo sometido a abusos sexuales.
Además de insistir en aspectos como la prevención del abuso y el esfuerzo que debe imponerse para evitar la revictimización de los niños que suponen muchas veces los procesos judiciales, en los seminarios se lanzaron preguntas complejas que exigen debates profundos. ¿Puede el tratamiento de los agresores convertirse en una alternativa al encarcelamiento?
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