Aziz, niño rohingya

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Son más de 740.000 personas las que huyeron de la persecución y la violencia de Myanmar para sobrevivir hace ya 2 años. Allí les llevamos atendiendo desde el inicio, tratando de que puedan rehacer sus vidas y vivir una vida más digna. La mitad de ellos son niños, niñas y bebés... 

En el campo de refugiados de Cox´s Bazar ya viven cerca de 1 millón de refugiados Rohingya.

la historia de un niño rohingya: aziz, 9 años 

En 2017 atacaron su pueblo y fue disparado dos veces en la pierna. Cuando le encontró su familia y pudo llegar hasta un hospital, había pasado una semana y las heridas ya se habían infectado. Le tuvieron que amputar la pierna.

Decidieron huir en la segunda ola de violencia. Aziz tuvo que caminar sobre una pierna y apoyarse sobre un palo de bambú. Tardaron 9 días en llegar a Bangladés

Sharifa, su madre, dice que cuando Aziz llegó por primera vez al campo estaba muy triste y no hablaba con nadie. Desde que asiste a uno de nuestros Espacios Seguros ha cambiado por completo y está mucho más feliz. 

Le dimos un bastón para que le sea más cómodo moverse por el campamento. Además le movimos a una casa situada en un terreno plano, un lugar más seguro y de fácil acceso para que se pueda mover libremente. 

Estamos haciendo todo para mejorar aún más la vida de Aziz y que pueda utilizar una pierna prostética... Esto no sería posible sin la ayuda de nuestros socios, socias y donantes.

¿Qué ha pasado en la crisis de los rohingya?

En agosto de 2017, más de medio millón de niños y niñas rohingya fueron obligados a abandonar sus hogares. Hasta la fecha ha sido el último gran desplazamiento de personas a gran escala.

Los niños y las niñas rohingya nos han contado que presenciaron violaciones, torturas y asesinatos. Algunos fueron violados y torturados; muchos presenciaron como amigos y familiares fueron asesinados. Todo lo que podían hacer era correr mientras sus casas ardían.

Cruzaron la frontera desde Myanmar hasta Bangladés, llevándose muy poco con ellos. En un notable acto de solidaridad, el pueblo de Bangladés les dio cobijo, así como la sensación de seguridad que les faltaba en Myanmar. El mundo se unió para apoyarlos: se aseguró de que los niños y niñas refugiados y sus cuidadores tuvieran un lugar donde vivir y la oportunidad de ejercer sus derechos básicos.

Debido a esta movilización, la tragedia de un exilio forzado no condujo a un segundo desastre humanitario. Se despejó una gran área de selva en el Cox’s Bazar, se erigieron refugios improvisados, se facilitó alimento a los niños y las niñas y se controlaron los brotes de enfermedades. A pesar de evitarse una emergencia de salud importante, casi un millón de refugiados siguen sufriendo.

EL DÍA A DÍA en Cox’s Bazar

Desde Save the Children hemos estado trabajando en Cox’s Bazar desde 2012, brindando apoyo a las personas más vulnerables, tanto niños y niñas refugiados como bangladesíes, en salud, nutrición, higiene, educación y, sobre todo, protección infantil. Hasta la fecha, hemos llegado a más de 400.000 niños y niñas con nuestras intervenciones, salvando un innumerable número de vidas. 

Pero, la seguridad y el bienestar de los niños y las niñas refugiados rohingya sigue siendo sombría. Los niños Rohingya no tienen opciones cuando se trata de educación secundaria o superior. Al proporcionar solo una educación básica y de nivel primario en los campamentos, estamos limitados a la hora de darles una oportunidad de servir a sus comunidades y al mundo en general

Los hogares en los que viven los menores son temporales, hechos de láminas de bambú y plástico. No sobrevivirían a vientos fuertes, y mucho menos a un ciclón. Uno de cada diez niños y niñas todavía está en situación de desnutrición. El miedo al tráfico de personas, a las drogas y a los delitos violentos en los campamentos hacen que los menores se sientan inseguros. Las tareas simples, como buscar agua o ir a la letrina después del anochecer, pueden ser peligrosas ya que los niños y niñas pasean por los campamentos mal iluminados.

No solo los niños y las niñas refugiados rohingya necesitan nuestra ayuda, también los de Bangladés que viven en las comunidades, que dieron la bienvenida a los rohingya hace dos años, han cambiado por completo su vida. Han tenido que lidiar con la llegada de un millón de personas. Las casas y los pueblos ahora son más susceptibles a las inundaciones y los deslizamientos de tierra debido a la degradación del bosque circundante. Los servicios de salud que ya estaban a plena capacidad están sobrecargados.

Soluciones a la crisis

Deben crearse condiciones para apoyar el regreso voluntario y seguro de los rohingya a Myanmar, donde el Gobierno debe cumplir con una de las responsabilidades más básicas de cualquier Estado: garantizar el mismo nivel de seguridad y humanidad para todas las personas en el país. Asimismo, las personas responsables de los crímenes contra la población rohingya deben rendir cuentas por lo que han hecho.

¿cómo ayudamos a los niños y las niñas rohingya?

Estamos trabajando sin descanso para atender las necesidades más urgentes de los niños y niñas afectados por la crisis de los rohingya.

  • Proporcionamos comida y un sitio seguro donde refugiarse a los niños y sus familias.
  • Nuestra unidad sanitaria para emergencias proporciona asistencia sanitaria, nutricional y de higiene y trabaja para prevenir la expansión de enfermedades.
  • Protegemos a los niños que están perdidos o llegan solos y les ayudamos a buscar a familiares.
  • Tenemos Espacios Seguros para la infancia donde pueden jugar fuera de peligro.
  • Hemos puesto en marcha centros temporales de enseñanza para que los niños y niñas refugiados no pierdan la oportunidad de acceder a una educación.