Salud mental niños niñas y adolescentes

Trastornos de salud mental en niños, niñas y adolescentes:
cómo detectarlos y factores de riesgo

  

Asegurarse de que niños, niñas y adolescentes tengan un buen estado de salud mental es fundamental para cualquier madre o padre. La pandemia ha supuesto un importante impacto especialmente en la salud mental de la infancia en nuestro país. Los trastornos relacionados con la salud mental y de conducta entre niños, niñas y adolescentes no son homogéneos y varían entre distintos grupos.

En nuestro nuevo informe 'Crecer Saludable(mente)’. Un análisis sobre la salud mental y el suicidio en la infancia y la adolescencia' señalamos como la incidencia en la infancia y adolescencia de estos problemas de salud mental se ha triplicado por la pandemia. Los datos sobre trastornos mentales en España eran graves y preocupantes ya antes de la COVID, especialmente para los colectivos más afectados, pero para entender su magnitud es imprescindible saber detectarlos en niños, niñas y adolescentes y determinar cuáles son los factores de riesgo.

Los adolescentes no somos seres felices y llenos de energía. Los adolescentes también estamos mal".

Lara*, 17 años, Madrid.

Definimos qué son los trastornos relacionados con la salud mental

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los trastornos de salud mental incluyen, además de la ansiedad o la depresión, frustración, enojo o reacciones excesivas de irritabilidad

Cuando nos referimos a los trastornos del comportamiento hablamos del trastorno por déficit de atención e hiperactividad y los trastornos de la conducta, que muestran síntomas como los comportamientos destructivos o desafiantes.

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¿Cómo actuar si se detectan trastornos de salud mental en niños, niñas y adolescentes?

Es fundamental que se atiendan las necesidades de los niños, niñas y adolescentes a tiempo para que se les preste la atención psicológica y psiquiátrica correspondientes. Muchas veces, los padres y madres no sabemos cómo prevenir, cómo detectar y cómo tratar trastornos relacionados con la salud mental en niños, niñas y adolescentes. 

El primer paso que las familias de niños, niñas y adolescentes deben dar es acudir al Servicio Nacional de Salud. Si eres menor de edad, o su responsable a cargo, y necesitas atención psiquiátrica y/o psicológica, lo primero que tienes que hacer es dirigirte al pediatra o al médico de familia quien, tras una valoración, te derivará al especialista si así lo cree conveniente. En ese aspecto, es importante que los pediatras y médicos de familia tengan una buena formación en detección temprana de trastornos mentales infantojuveniles y de conducta. 

Los casos diagnosticados son solo la parte más visible de los problemas de salud mental en niños, niñas y adolescentes. De hecho, en muchos casos la detección del problema es tardía. Por esa razón, el primer obstáculo que nos encontramos para acceder a la salud mental es la detección de necesidades de los niños, niñas y adolescentes.

Prevención en salud mental en el entorno escolar

En junio de 2021, el Gobierno estableció en la ley de protección de la infancia frente a la violencia que todas las autonomías debían aprobar un protocolo de prevención del suicidio en el ámbito escolar. 

Hasta el momento, cinco autonomías han aprobado en los últimos meses guías para prevenir las conductas autolesivas y actuar ante la ideación suicida del alumnado. Se trataba de una demanda del profesorado que ante el aumento de este tipo de conductas se encontraba desprotegido y sin las suficientes herramientas para ayudar al alumnado.

No obstante, todo el peso de la detección de problemas mentales y emocionales, sobre todo aquellos no vinculados al entorno escolar, no puede recaer en los centros educativos. El espacio de crecimiento de referencia para niños y adolescentes es en gran medida su hogar o el sistema familiar al que pertenecen y estos han de estar capacitados, con la colaboración del sistema sanitario y los centros escolares para cuidar del crecimiento y de la salud mental de sus hijos e hijas.

Niños, niñas y adolescentes: ¿Cuáles son los principales factores de riesgo para su salud mental?

Como hemos podido analizar en nuestro informe ‘Crecer Saludable(mente)’ los trastornos mentales y de conducta no han afectado igual a niños, niñas y adolescentes de distintas edades. A continuación, analizamos los principales factores de riesgo

1.    En general, los trastornos mentales suelen ser más frecuentes entre niños y niñas mayores de 12 años, mientras que los de conducta aparecen en edades más tempranas.

2.    Otro aspecto a tener en cuenta son las diferencias por sexo. En edades más tempranas los niños y las niñas presentan problemáticas similares y con una análoga distribución, pero es a partir de los 8 años de edad cuando se advierte un cambio de tendencias, y es cuando se nota que los trastornos mentales se concentran más en las niñas y los de conducta en los niños.

3.    Un tercer factor a analizar reside en las diferencias por origen de los padres y madres. Hemos podido observar que los niños, niñas y adolescentes de origen migrante en proporción sufren un mayor número de trastornos de conducta y/o mentales. Además, hay que tener en cuenta que estos menores de origen migrante tienden de media a vivir en hogares más pobres, y esta mayor vulnerabilidad económica, en algunos casos unida a una situación de irregularidad o a cambios culturales o de idioma, pueden suponer también mayores dificultades para acceder a nuestro sistema sanitario.

4.    Entre los factores de riesgo para la salud mental de la infancia y adolescencia, incide también el nivel de renta. Hay más niños, niñas y adolescentes con trastornos mentales y/o de conducta en los hogares con rentas más bajas. Por el contrario, en hogares de renta alta es menos probable que los menores padezcan este tipo de problemáticas. Hemos detectado que hay una probabilidad cuatro veces mayor (el 13% contra un 3%) de que los trastornos relacionados con la salud mental se produzcan en menores que viven en hogares con bajos ingresos. Esta relación directa se daba ya antes de la pandemia, pero es especialmente preocupante debido al contexto actual en el que las desigualdades siguen acrecentándose por la crisis provocada por la COVID-19. El informe señala que la incidencia de estos problemas es tres veces mayor (10%) en las familias sin empleo que entre la infancia y la adolescencia que vive en familias que han conservado el empleo (3%) tras la crisis de la COVID-19. Esta situación tiene un fuerte impacto sobre aquellos niños, niñas y adolescentes que viven en hogares que se han enfrentado en los últimos meses a una gran incertidumbre sobre su futuro laboral. Este estrés y ansiedad de sus padres o cuidadores pueden causar la aparición de trastornos.

5.    Hay que tener en cuenta otros factores de riesgo y conductas relacionadas con la aparición de trastornos mentales y de comportamiento en niños, niñas y adolescentes. Por ejemplo, el acoso escolar o el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas junto con 

la violencia o los malos tratos a los que se enfrenta la infancia impactan negativamente sobre su salud mental.