Testimonios de ex-niños soldados de la República Democrática del Congo
El último estallido de violencia en le conflicto de República Democrática del Congo ha obligado a cientos de miles de personas a huir. Se estima que hasta 300.000 personas han tenido que dejar sus casas. En el caos, los niños están siendo separados de sus familias con el riesgo de ser secuestrados por grupos armados. Miles de personas no tienen un lugar donde refugiarse, alimentos o acceso a sanidad.
Save the Children empezó a trabajar en Congo en 1994, ayudando a niños que había escapado al genocidio de la vecina Rwanda. Desde entonces hemos asegurado la liberación de 2.865 niños involucrados en grupos armados.
David* y Gerard* fueron secuestrados cuando volvían a casa desde la escuela, cerca de su pueblo. Fueron llevados a otra escuela que estaba siendo utilizada como campamento de entrenamiento. El entrenamiento era muy duro, generalmente les pegaban y les decía que tenían que olvidar todo lo que habían aprendido antes porque ahora eran soldados. Después de dos días se escaparon. No han tenido noticias de sus familias y no pueden volver a su casa, no es seguro para ellos. Están viviendo con una familia de acogida que les ha buscado Save the Children.
Christophe* ha sido secuestrado dos veces por el mismo grupo armado el norte de Kive. Ambas veces ha conseguido escapar. Ahora está también viviendo con una familia de acogida que le ha buscado Save the Children. Ellos nos cuentan su historia en primera persona.
La historia de David y Gerad, 16 años
Donde solíamos ir a la escuela a veces veíamos pasar a los grupos armados, buscando a niños que reclutar. Un día, cuando estábamos caminando de regreso a casa, la carretera estaba bloqueada por los soldados. Nos llevaron a su campamento. Eramos doce niños. En el campamento nos enseñaron a luchar y a disparar. Nos pegaban a menudo.
Pasamos dos días en ese campamento. Durante el segundo día escapamos. Al principio corrimos hacia nuestras casas, pero por la noche los soldados vinieron a buscarnos así que nuestros padres nos dijeron que corriésemos hacia MONUC.
En el campamento de MONUC, nos acogieron y nos cuidaron durante dos semanas. Alguien nos registró y nos llevó a Goma. En Goma, MONUC contactó con Save the Children, vinieron a cuidarnos y nos consiguieron una familia de acogida.
Sólo estuvimos en el ejército durante dos días y no experimentamos ninguna lucha armada. Pero nos entrenaban y nos pegaban palizas. Teníamos que irnos. Nos pegaban para hacernos olvidar nuestra vida normal, nuestra casa,la escuela. Nos dijeron que teníamos que olvidar todo lo que habíamos aprendido antes. Nos dijeron que ahora que éramos soldados, que nunca podríamos regresar.
El campamento de entrenamiento era una vieja escuela que el grupo armado había tomado. Enviaron a las niñas y a los profesores más viejos a casa. A los profesores jóvenes les obligaron a quedarse. Había mucha gente en el campamento – niños y adultos. Todos los niños tenían entre 13 y 17 años. No había niñas.
Ocho de nosotros escapamos a MONUC ese día. Todos éramos de la misma escuela. Los otros cuatro niños que fueron capturados con nosotros todavía están con el grupo armado. Lo hemos pasado muy mal. En MONUC no hablamos mucho con los otros niños sólo les contamos cómo habíamos escapado.
Queremos volver a casa, volver a vivir con nuestros padres, pero tenemos miedo de que los soldados todavía estén allí y nos capturen de nuevo. No sabemos nada de ellos.
La vida aquí es mejor. Ahora estamos a salvo.
La historia de Christophe, 17 años
La primera vez que me secuestraron fue en 2006. Estaba trabajando en el campo yo solo, cultivando nuestra cosecha, cuando miré hacia arriba y vi que algunos soldados se acercaban. Me llevaron por la fuerza con ellos, me dieron armas y me entrenaron para usarlas, cómo disparar y cómo utilizar los cartuchos. El entrenamiento terminó en sólo dos días. A partir de entonces era un soldado. Fui soldado durante un año.
Solo fui al frente una vez. En las demás ocasiones escoltaba a los comandantes o transportaba cosas. Disparé a soldados, no sé si mis balas mataron a alguien.
Conseguí escaparme, y gracias a Save the Children volví con mi familia. La pesadilla no acabó ahí, fui secuestrado una segunda vez. De nuevo estaba trabajando en el campo cuando me llevaron por la fuerza. Esta vez pensé que iba morir. Pensé que sabían que había huido y que me iban matar. Son asesinos, ladrones y bandidos. Matan a la gente. Van a los pueblos y roban cabras, pollos, todo. Entonces matan a la gente. Roban a todo el mundo, independientemente de su tribu.
Cuando estuve en el frente tenía miedo de muchas cosas. Tenía miedo de matar a alguien. Tenía miedo de que me mataran a mi. Mataban a muchos niños. Si tratabas de escapar te mataban a ti.
Todos los niños tenían miedo de ir al frente, pero no había elección. Les mandaban, e iban en primera línea, los adultos iban detrás. Si nos negábamos, nos mataban.
En mi batallón había seis niñas. Tenían entre 15 y 17 años. También había mujeres mayores que eran las esposas de los líderes. Las niñas también luchaban. A todas las violaron.
El capitán de nuestro equipo fue quien nos dejó escapar. Cuando vimos al ejército nos dijo que corriéramos y nos fuéramos con ellos. De los 25 niños, 23 lo consiguieron. Los otros dos están desaparecidos. El capitán se unió a nosotros.
El ejército nos llevo a MONUC. Ahí Save the Children me encontró una familia de acogida. No puedo volver al pueblo. Me gustaría seguir estudiando. Aunque ya soy demasiado mayor para la escuela, me gustaría recibir una formación técnica.
La situación en República Democrática del Congo
En los últimos siete años, la guerra, el hambre y las enfermedades han acabado con la vida de casi 4 millones de personas en República Democrática del Congo. Uno de cada cinco niños muere antes de cumplir los cinco años. En el este del país, más de un millón de refugiados internos aún necesitan ayuda para cubrir sus necesidades básicas. Los conflictos armados han destruido la economía y la infraestructura, además del tejido social de familias y comunidades enteras.
Save the Children empezó a trabajar en Congo en 1994, ayudando a niños que escaparon del genocidio en la vecina Rwanda. Desde entonces:
- Hemos asegurado la liberación de 2.865 niños involucrados con grupos aramados
- Hemos ayudado a 26.661 niños a ir a la escuela primaria
- Hemos reunificado 4.514 niños con sus familias
- Estamos vacunando a 46.709 niños.
- Estamos proporcionando suplementos alimenticios para 15.000 niños desnutridos.
En estos momentos estamos proporcionando apoyo a 19 niños que han sido liberados de grupos armados y están viviendo con familias de acogida alrededor de Goma. Las familias de acogida reciben nuestro el apoyo para pagar las ropas, la comida y otras cosas básicas para los niños de los que cuidan.