Siria: “toda esta guerra es una guerra contra los niños”
Esta entrada ha sido escrita por nuestra compañera Catherine Carter.
Ahmad, padre de tres hijos, me sonríe abiertamente desde el interior de la tienda de campaña. La suya es una sonrisa amplia que inmediatamente me conquista. Nos saludamos y nos invita a pasar dentro, nos acomoda en el suelo cubierto de alfombras e insiste en que tomemos un café. Estamos en Ramadán y soy consciente de que debe ser duro para los musulmanes sentarse y ver como el resto bebe (las personas que practican el Ramadán no comen o beben nada en todo el día hasta la caída del sol), pero él insiste y decide traer directamente el café y servírnoslo. Se sienta y nos explica por finalmente decidieron abandonar Siria, después de sufrir más de dos años de conflicto.
No teníamos ni para sobrevivir. Solo sobrevivíamos al día a día y si yo me perdía un solo día sin trabajar por los enfrentamientos."
No podía hacer frente ni a la comida para mi familia. Y eso es lo que ocurrió al final, el enfrentamiento significaba que no podíamos trabajar y los alimentos eran demasiado caros. Nos prestaron dinero para algo de comida pero pronto se nos terminó. No teníamos ni para sobrevivir, no había vida para nosotros en Siria”.
Ahmad se detiene un momento, recordando Siria. Esperamos en silencio, sorbiendo lentamente nuestro café.
Mira a sus hijos y continua muy suavemente. “Es la peor sensación que puedes tener como padre, sentirte incapaz de dar comida a tus hijos, peor incluso que las balas y los bombardeos”.
Dinero por trabajo, una salida para muchos refugiados
Ahora en Líbano sigue siendo duro pero a Ahmad las cosas le van un poco mejor. Ha estado trabajando con Save the Children en el programa ´dinero por trabajo´ por el que se encarga de la limpieza del campo. A Ahmad se le paga en efectivo (mejor que el pago en cheques comida porque ofrece a la familia la opción de comprar exactamente lo que necesitan). Ahmad utilizó el dinero en agua y comida para toda la familia y, según me cuenta, les ha durado mucho tiempo. Su gratitud es más que evidente, y aunque me da mucha vergüenza recibirla, le prometo que le daré las gracias a todo el equipo de Save the Children responsable del proyecto de ´dinero por trabajo´.
Me quedo más tiempo a hablar con Ahmad sobre la situación general de Siria y qué es lo que él creé que sucederá. Trabajando en terrenos, a menudo nos dicen que no hablemos sobre asuntos conflictivos como puede ser la religión o la política. Pero a Ahmad no le interesa hablar de un bando o de otro.
Moviendo con tristeza la cabeza me cuenta que toda esta guerra es “una guerra en contra de los niños –alimentos, agua, bombardeos-, todos matan primero a los niños”. Me explica que lo único que quiere es la paz, una paz que le permita volver a casa con sus hijos.
*todos los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de las personas.