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Ser profe en Abidjan

Tras una noche de espera en aeropuertos y sin dormir, llegamos al amanecer a Abidján sin maletas. Nos entristece no poder contar con los trabajos que habíamos preparado con los alumnos y materiales para entregar en los proyectos escolares que vamos a visitar.

Con el personal de Save the Children visitamos el grupo escolar de Assouba. Las aulas tienen pupitres de madera para dos alumnos, en algunos casos se sientan tres, una mesa de profesor (con hule de flores), algunos cuadernos y una pizarra, no hay más, excepto adornos que han colgado de papeles de colores. Me sorprendió lo limpio y cuidado que está todo, el centro se abrió en 1956 pero estaba totalmente destartalado tras el conflicto armado y sin letrinas hasta que, hace unos años con la ayuda de Save the Children, se intervino para mejorarlo, restaurando las aulas, abriendo letrinas e, incluso un comedor.

Hicimos la primera reunión de presentación con los profesores sentados en círculo debajo de un gran árbol, mientras los niños revoloteaban por allí buscando que les hicieran una foto. Los profes tenían interés por conocer cómo está la educación en España: número de alumnos por aula, horas lectivas, competencias educativas, posibilidades de mejorar profesionalmente, recursos, materiales, modo de mantener la disciplina y el interés… En fin, lo querían saber todo. Nosotros no preguntamos tanto porque lo estábamos viendo in situ. Nos queda claro que ser maestro aquí implica muchas horas de trabajo después del horario escolar porque cuentan con muy pocos recursos.

También conocimos a los miembros del club, un grupo de representantes elegidos entre todos los cursos para trabajar y dar a conoce a todos los demás los derechos de la infancia. ¡Conocían a todos los futbolistas de la selección española!. Estuvimos charlando un rato con ellos y les entregamos unos murales de instrumentos musicales para adornar sus paredes y una flauta (era lo único que pudimos salvar de la pérdida de nuestro equipaje). Por último estuvimos en una clase de matemáticas de 2º de primaria, con 63 alumnos. Nos sorprendió cómo fue capaz la maestra de mantener la atención de todos e impartir  la clase sólo con la ayuda de su pizarra y las pizarritas pequeñas que tenían cada uno de los alumnos. Felicitamos a la profesora porque nos hizo darnos cuenta de que, sin medio alguno, pero con muchas ganas logra que los alumnos aprendan. Antes de despedirnos, estuvimos jugando con los alumnos en el patio. Se quedaron esperando los balones, trabajos de los alumnos de España para ellos y otros juegos que les prometimos y que pronto les llevarán los miembros de la ONG.

Fuimos sin nada, con las manos vacías y salimos con el corazón engrandecido. Nos lo dieron todo. Gracias a todos y muchos besos para el grupo escolar Assouba. Seguiremos en contacto con ellos.

Nos hicieron felices. Elena.