Demostremos que este país no tolera que se juegue con su infancia
España es el segundo país europeo en el que más niños y niñas malviven.
Debemos actuar para parar esta situación.
Queremos que toda la sociedad entienda la magnitud de esta gran emergencia, por eso hemos reunido a los niños del colegio de San Ildefonso. Porque si hace falta, te lo decimos cantando:
FIRMA lA PETICIÓN Y SÚMATE PARA QUE NINGÚN NIÑO TENGA QUE MALVIVIR EN ESPAÑA
Porque podemos cambiar la realidad de la infancia de nuestro país.
¿Qué hace Save the Children?
Datos de la actividad de Save the Children en España durante el año 2021.
No es normal que España esté a la cabeza de Europa en pobreza infantil, sólo por detrás de Rumanía. No es normal que en este país haya niños que no puedan ir al dentista, ni comer frutas y verduras, ni ponerse gafas. Son cifras que nos tocan y que nos avergüenzan. Este es el momento clave para cambiar esta situación, porque se están debatiendo leyes que afectan a las familias y porque tenemos la obligación de invertir bien los fondos europeos que recibe España. Nos negamos a abandonar a nuestros niños y niñas a su suerte.
Programa impulsa
Si existen niños y niñas pobres, obviamente es porque existen familias pobres. Desde este enfoque, con una mirada holística y un trabajo integral, Save the Children desarrolla el programa IMPULSA. A través de él, la organización busca apoyar a los más pequeños mediante una atención integral a sus familias, comunidades, barrios y distritos.
A través de las diferentes líneas de intervención, se reducen los efectos negativos de su situación socioeconómica. El objetivo principal de IMPULSA, pues, es romper el ciclo de transmisión de la pobreza haciendo hincapié en la educación infantil y prestando especial atención a las familias monomarentales.
Está demostrado que la educación de calidad y la escolarización entre los 0 y los 6 años tienen un efecto positivo sobre la calidad de vida de niños, niñas y familias. La educación transforma vidas y abre puertas a la estabilidad financiera y a una vida saludable. Además, es también la clave para poder alcanzar otros muchos Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la igualdad de género.
Contamos con los equipos necesarios y más de 30 años de experiencia en España para desarrollar programas de apoyo a la infancia más vulnerable, proporcionando una atención integral a menores y familias. Pero solo si continuamos sumando fuerzas podremos llegar más lejos y marcar la diferencia en la vida de más niños y niñas.
No podemos permitir que estos datos sean invisibles
Un 28,9% de los menores de 18 años en España está en situación de pobreza, un punto y medio por encima del año anterior. En total, el número de niños y niñas en situación de pobreza en 2021 se elevó a más de 2.379.000.
Este porcentaje sube hasta el 33,4%, 2.714.000 niños y niñas, si a la tasa de pobreza se le añaden la carencia material y social severa y la baja intensidad laboral de muchas familias.
Además de estos niveles tan elevados, es preocupante el grado de profundidad de la pobreza infantil. La tasa de pobreza infantil severa también sigue aumentando en 2021 hasta el 14,9%, un 0,8% más respecto a 2020, afectando a más de 1.229.000 niños y niñas en total.
Uno de cada diez menores vive en una situación de carencia material y social severa. Se trata del nivel más extremo de escasez, porque tiene que ver con imposibilidad de sufragar bienes y servicios esenciales para unas condiciones de vida dignas.
Los hogares con niños, niñas y adolescentes se enfrentan a una tasa de pobreza 10 puntos superior que los hogares sin ellos (26,6% vs 16,6%). Tener hijos o hijas es un factor de riesgo de pobreza. Un panorama que no augura lo mejor para el futuro del país.
Resulta especialmente preocupante la situación de los hogares monomarentales, puesto que se enfrentan a una tasa de pobreza del 49%. Sin transferencias sociales, la tasa de pobreza infantil aún crecería 9,4 puntos. Estas políticas cumplen una función clave, pero casi la totalidad de los países europeos logran reducciones mayores. Por tanto, hace falta invertir más y de manera más efectiva para combatir la pobreza infantil.