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No permití que se me escapara. Desde la frontera de EE.UU

Andrea*, de Guatemala, tenía miedo de cruzar el río en una pequeña balsa con su hija por la noche; no sabía nadar. La balsa empezó a desinflarse. Mientras luchaba por mantenerse a flote y viva, Andrea abrazó a su hija y consiguió acercarse a la orilla del río agarrándose a ramas para salvarse. “No permití que se me escapara”, dice Andrea. En todo el mundo, las madres como ella no tienen miedo de enfrentarse a situaciones de peligro para proteger la vida de sus hijos – y su futuro.

Entraron en nuestra casa y nos robaron todo – incluso mantas viejas y platos rotos”.

Hace más de dos semanas, Andrea tuvo que abandonar su casa junto con su única hija Eva* de cuatro años.  Andrea se vio obligada a escapar de la pobreza extrema y la delincuencia de su país. “Entraron en nuestra casa y nos robaron todo – incluso mantas viejas y platos rotos”. Ella y Eva pasaron ocho días terribles para llegar a la frontera. Daba miedo cruzar el río en una balsa con hombres desconocidos en mitad de la noche. Incluso fue peor cuando la balsa empezó a desinflarse. Pero Andrea consiguió evitar que ella y su hija murieran ahogadas. ” No permití que se me escapara,” comenta. Luego, pasaron otros cinco difíciles días en el centro de detención de EE.UU. de la Patrulla Fronteriza. Eva no paró de llorar, junto con el resto de los niños que había allí.

La pequeña Eva tiene síntomas claros de estar traumatizada por todo lo que está viviendo. Cuando llegaron al Espacio Seguro para niños de Save the Children. Andrea nos decía: “Pensé que estábamos en el cielo”. Madre e hija recibieron comida y ropa limpia. Pudieron ducharse y descansar. Andrea pudo ver cómo su hija estaba más tranquila y volvía a actuar como lo que es: una niña. De hecho empezó a jugar. Deseaba que hubiera habido un sitio como éste en el centro de detención.

 

Ahora Andrea quiere encontrar trabajo para pagar su deuda y tener una vida mejor para su hija. “No quiero demasiado. Sólo lo suficiente para darle a mi hija un hogar y una educación, para que ella pueda ser una buena persona. Eso es todo. ”

No es más que lo que cada madre, en cualquier lugar del mundo, querría para sus hijos.

Hemos hablado con Andrea en nuestro Espacio Seguro para niños situado en un refugio en McAllen (Texas)  donde muchos niños y familias pasan tiempo después de dejar las instalaciones de Aduanas Protección Fronteriza de EE.UU. Con el creciente número de niños que llegan a la frontera de EE.UU  huyendo de la violencia y la inseguridad en Centroamérica, las instalaciones están desbordadas y los oficiales están haciendo todo lo que pueden en esta díficil situación.  En Save the Children contamos con casi 100 años de experiencia en ayudar a los niños y familias en crisis en todo el mundo; podemos ayudar. También estamos trabajando en estrecha colaboración con los organismos gubernamentales, entre ellos la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos, para apoyar sus esfuerzos y asegurar que estos niños reciban con urgencia la atención adecuada a su edad y la protección que necesitan.