La vida de Jounam y Hanaa,
dos niñas sudanesas refugiadas en Egipto
Jouman de 16 años jamás imaginó que se vería obligada a abandonar su hogar en Sudán. Más de seis meses después del inicio de la guerra, en noviembre de 2023, su familia tomó la decisión de dejar atrás todo cuanto conocían y emprender un largo viaje para escapar de las bombas. Consiguieron llegar a El Cairo (Egipto) y comenzar una nueva vida.
El 15 de abril se cumple el primer aniversario desde el inicio de esta guerra y, como señala Save the Children en su último informe No a la guerra contra la infancia, “para muchos niños y niñas la mayor parte de su infancia está marcada por violencia, experiencias traumáticas, pérdidas, separaciones y miedo. Los menores de edad tienen una mayor vulnerabilidad física y psicológica y son más susceptibles a sufrir desproporcionadamente las consecuencias de la guerra”. El informe recoge cómo es la situación de los 468 millones de niños y niñas que nacen y se crían en un conflicto armado.
Al igual que Jouman, más de 10 millones de niños y niñas sudaneses han presenciado la violencia del conflicto desde su inicio, y muchos de ellos continúan atrapados en medio de la guerra. Esta cifra supone un aumento del 60% con respecto a los 6,6 millones que estuvieron en esa situación en el primer mes desde el estallido de la guerra, y muestra cómo la situación ha seguido empeorando en todo el país. De hecho, la mayor parte de los sucesos violentos se han producido en las localidades más pobladas de Sudán. Estos datos provienen de un análisis realizado por la asociación Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED, por sus siglas en inglés) junto a nuestra organización.
No todos consiguen escapar de la guerra e incluso cuando logran partir no pueden llevar consigo la vida que tenían. El hermano de Jouman aún permanece en Sudán, lejos de su familia y,Hanaa, amiga de Jouman que sí consiguió salir del país, cuenta que tres de sus siete hermanos junto con su madre siguen en su pueblo.
La joven Jouman nos cuenta en una entrevista de los desafíos en su día a día en Egipto. Jouman explica que la escasez de recursos con la que su familia contaba al llegar a Egipto les ha dificultado permitirse un lugar donde alojarse. Hanaa en otra entrevista señala que los primeros dos días, tanto ella como sus cinco hermanos, tuvieron que vivir en la calle de El Cairo.
La realidad para muchas personas de los que llegan a otros países desde zonas en guerra es muy complicada y se enfrentan a numerosos obstáculos: desde la barrera lingüística y cultural, la falta de medios para subsistir hasta la incertidumbre de encontrarse en un entorno desconocido. La necesidad es grande y las ayudas limitadas. Save the Children trabaja en Sudán en programas centrados en la protección de la infancia, el acceso a una educación de calidad, apoyo sanitario y nutricional y la respuesta a emergencias.
Poco a poco Jouman y Hanna van adaptándose a su nueva realidad. Ahora Jouman puede ir al colegio de nuevo, un derecho que la guerra le arrebató, y disfruta jugando al fútbol junto con su amiga Hanaa. Jouman sueña con ser médica porque “quiero ayudar y tratar a la gente que lo necesite”.