La preparación ante los desastres naturales puede salvar vidas
Cuba está expuesta a los mismos peligros naturales que Haití o República Dominicana. Todos ellos, por su ubicación geográfica en la parte occidental del mar Caribe, se ven afectados todos los años por fenómenos meteorológicos extremos, principalmente por los huracanes como Matthew. La temporada de ciclones en estos países dura 6 meses, del 1 de junio al 30 de noviembre. ¿Por qué en Haití ya han registrado más de 540 muertes y en Cuba ninguna?
¿Qué es la reducción de riesgos de desastres?
El concepto y la práctica de reducir el riesgo de desastres consiste en ser capaces de analizar y gestionar los factores que causan estos desastres, desde reducir el grado en el que las personas se ven expuestas a las amenazas e intentar que la población sea menos vulnerable, hasta mejorar la preparación ante estos fenómenos adversos.
La reducción de desastres debe ser una prioridad para los gobiernos de países en zonas de riesgo y, en lugares como Cuba, se encuentra en un marco legal que comprende leyes, decretos leyes, decretos y resoluciones ministeriales entre otros. Cuenta con una sólida base institucional para que se pongan en marcha las medidas y se controla que realmente se cumplan. Estas medidas no solo son estructurales, sino que son también educativas para conseguir que la población esté realmente preparada para cuando estos fenómenos meteorológicos llegan.
En Save the Children creemos fielmente en esta forma de trabajar y por eso llevamos trabajando en Cuba desde 1994 con programas de educación, reducción de riesgos de desastres y respuesta humanitaria. Hemos trabajado junto al gobierno preparando a la gente a estar listos en situación de emergencia. El resultado es visible, no ha habido ningún fallecido durante el paso del huracán Matthew en Cuba.
¿Cómo trabajamos la reducción de riesgos contra el desastre?
En Cuba hemos puesto en marcha un proyecto que se conoce en las comunidades como “el proyecto de escuelas seguras”. Lo que buscamos es rescatar los saberes derivados de otras catástrofes anteriores y llevarlos a un plano superior. Esto lo conseguimos mediante talleres que llevamos a cabo con estudiantes y con las maestras y maestros.
Maika* es una niña de cuarto grado que ha estado participando en el proyecto de Escuelas Seguras. Cuando era muy pequeña, antes de 2008 vivía en la franja costera de Santa Cruz del Sur. Después de muchos desastres, sus padres, como el resto de vecinos, fueron trasladados a nuevas viviendas en una zona menos expuesta a los fenómenos meteorológicos.
Antes cuando vivía en la playa y me levantaba sentía las aves cerca de mi casa, sentía el mar cuando las olas se movían. ¡Extraño todo eso! No me acuerdo mucho de los ciclones pero mi mamá me dice que cuando volvió de estar evacuada en Camagüey no nos quedaba nada y eso me pone triste. Ahora me gusta mi nueva casa pero no tanto como la playa. De todos modos sé que es más segura y quiero que mis padres, como vivieron esa enseñanza me cuenten para saber cuándo estar alerta."
En Save the Children tenemos como objetivo incrementar la resiliencia ante los desastres y fortalecer las capacidades para la prevención, preparación y respuesta de los estudiantes y de la comunidad en general. A través de nuestros proyectos incidimos también en la actualización de los estudios de riesgo, de los planes de medidas para reducir desastres y la adquisición de recursos y medios, que aseguran la protección de la infancia ante situaciones de emergencias. La participación infantil y el enfoque de género son fundamentales en el proceso de reducción de riesgos y nuestros proyectos tienen una visión específica de participación infantil propia de Save the Children.