Jawad y Yazan: niños sepultureros
Riego las plantas y si traen un cadáver, mezclo el cemento y ayudo a mi padre a enterrarlo. Si es para un niño pequeño, entonces cavamos la tumba a mano, hacemos una forma cuadrada.
Este año se ha cumplido 8 años de guerra en Siria. El balance es catastrófico para la infancia: escuelas bombardeadas, miles de niños y niñas viviendo en ciudades sitiadas sin acceso a comida, medicamentos o agua. Los que han podido escapar del país viven ahora como refugiados, a menudo sobreviviendo en condiciones de pobreza y sin acceso a la educación. Siria enfrenta el riesgo de tener a una generación perdida.
La historia de jawad y yazan: niños sepultureros
Jawad tiene 8 años. Él y su hermano Yazan, de 15 años, trabajan en un cementerio en las afueras de Idlib (Siria) con su padre, cavando tumbas para los fallecidos. Son de Aleppo, Siria. Su día empieza a las 8 y termina cuando hace demasiado de noche para seguir trabajando... Vivieron bajo el gobierno del ISIS antes de tener que huir después de recibir varias amenazas...
Jawad solo conoce la guerra. Nunca ha ido a la escuela. Su hermano mayor Yazan abandonó la escuela cuando era muy pequeño. Ambos tienen mucho retraso, cada día que pasan fuera de las aulas tiene una repercusión directa en sus posibilidades de salir del círculo de la pobreza.
Aunque les gustaría ir al colegio, Jawad y Yazan no van porque son demasiado pobres para comprarse la ropa y el material escolar mínimo que necesitan. Su padre gana menos de 1.40$ al día (1000 Liras Sirias).

ayúdales a volver
a la escuela
El ISIS mató a gente, cortándoles la cabeza. Cortaban a mujeres, las colgaban en las rotondas. Una vez mataron a una mujer y todos sus hijos fueron ahorcados en la plaza.
Los obstáculos para ir a la escuela en Siria
El desplazamiento de las familias por la huida del conflicto supone daños irreparables en la vida de los niños y las niñas que lo sufren, por ello el acceso a la escuela es tan importante para romper el círuclo de la pobreza.
La educación ofrece a los niños y las niñas sirias oportunidades de éxito. En el caso de los niños refugiados, les proporciona esperanza para su futuro, así como una sensación de estabilidad y normalidad a aquellos que han vivido situaciones traumáticas y estresantes. También les enseña las habilidades básicas necesarias para contribuir a la reconstrucción y el desarrollo de sus propios países, en el caso de que regresen.
Pero el camino no es fácil. Entre las principales barreras que se encuentran para acceder a la educación están: la imposibilidad familiar de afrontar los gastos económicos, la barrera idiomática, la necesidad de muchos niños de trabajar para ayudar a sus familias, los largos procesos burocráticos y la falta de documentación o las plazas escolares limitadas.
La educación: su única oportunidad
Sin una educación, los niños y las niñas sirias no van a tener acceso a trabajos cualificados, a una carrera. Muchos no podrán mejorar sus vidas y seguirán perpetuando el ciclo de la pobreza.
Estamos atendiendo a estos niños y su familia en Siria. Estamos distribuyendo alimentos a la familia, al ser un caso de emergencia, y estamos tratando de que vuelvan a la escuela lo antes posible.
Trabajamos en Siria realizando programas de educación, protección infantil, agua y saneamiento, salud y nutrición, y seguridad alimentaria. Tenemos espacios seguros para la infancia donde profesionales imparten educación no formal mediante actividades de ocio y tiempo libre.
Estos no deben ni pueden ser los recuerdos de una infancia. No podemos borrar lo que vieron, pero podemos mejorar su vida y asegurarnos de que vuelvan a la escuela y salgan algún día de la pobreza extrema.