La película Joker, tras ganar en septiembre el León de Oro en Venecia, se ha convertido en el gran éxito mundial de público del año. Existen varios factores que están haciendo grande este estreno tan taquillero. Uno de los hechos que resulta más novedoso de la historia que se narra, y que ha contribuido al triunfo de la cinta, es que se han contado los sucesos del Joker más humano que se haya visto nunca en pantalla.

ALERTA SPOILER. Si todavía no has visto la película Joker, te lo advertimos, no sigas leyendo.

Desde la primera escena aparece un protagonista, Arthur / Joker, víctima de las acciones (violentas) de los demás y, a veces, incluso se le culpa a él mismo por algo que no ha hecho en absoluto. La actuación de Joaquin Phoenix es magistral y clave para entender el sufrimiento de una víctima de violencia y maltrato, y en él es posible ver todo el sufrimiento por el que ha tenido que pasar este personaje fantástico.

La palabra clave para entender este nuevo Joker es piedad. El protagonista descubre que sufrió la negligencia de una madre que no pudo y no quiso cuidarlo como es debido y que permitió que su padrastro abusara y maltratara a Arthur de pequeño. Cuando se da cuenta, asistimos a una de las escenas más dramática de la película, y es uno de los detonantes del cambio psicológico radical que le llevará a convertirse en Joker en la segunda parte del filme.

Es evidente que la ficción, en muchos casos, se basa en la realidad. Las violencias vividas en la infancia provocan el sufrimiento de muchos niños, niñas y adolescentes. Ser víctima de maltrato, violencia sexual, u otros tipos de violencia durante la infancia, tiene consecuencias negativas en su desarrollo, como han demostrado y avalado muchos estudios.

Los números reales en España

Lo que ocurre en Joker es ficción. Sin embargo, sufrir violencia durante la infancia no determina automáticamente el futuro de los niños y las niñas, siendo muy importante que se encuentren en un entorno protector para conseguir minimizar las consecuencias negativas. Pero la realidad es que las consecuencias en la vida adulta de un niño o niña que ha sufrido abusos son abrumadoras, y suelen volver a ser víctimas de algún tipo de violencia.

La realidad detrás de los abusos en España resulta más evidente mirando a los datos: 1 de cada 2 denuncias sobre casos de violencia sexual del pasado año, fueron de menores de edad. Esta problemática afecta más a las niñas, que fueron víctimas de casi el 80% de las denuncias.

La violencia que se ejerce en el ámbito familiar es mucho más habitual de lo que se cree. Por ejemplo, en nuestro informe‘Más me duele a mí. El maltrato que se ejerce en casa’  se estima que más del 25% de los niños y niñas en España han sido víctimas de maltrato por parte de sus padres, madres o cuidadores principales. Y cuando el maltrato ocurre, menos del 10% de los casos se denuncian.

Como hemos analizado recientemente en otro informe, 7 de cada 10 jóvenes sufrió algún tipo de violencia online durante su infancia. La violencia online más común es el ciberbullying, pues casi el 40 % de las y los jóvenes encuestados lo sufrieron durante su infancia, afectando más a las niñas, ya que casi la mitad de ellas afirma haber sido víctima.

El maltrato o la violencia (presencial u online) que afecta a la infancia da lugar a consecuencias evidentes en los menores que están expuestos a ellas. Pueden sufrir alteraciones neurobiológicas, que provocan un desarrollo anómalo de las conexiones cerebrales, así como afectar al bienestar psicológico y emocional de las víctimas. Al mismo tiempo, los rastros de la violencia tienen efectos en las futuras relaciones interpersonales de los niños y niñas en edad adulta.

Nuestro trabajo en materia de violencia

Desde Save the Children llevamos mucho tiempo reclamando una Ley Orgánica que proteja a los niños y niñas de todos los tipos de violencia, incluidos los abusos sexuales. La Ley de Protección de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia es fundamental para permitir un avance substancial en la condena de la violencia y para dar a los trabajadores públicos y a las administraciones las herramientas fundamentales para hacer frente a una lacra tan difícil de erradicar.

Por otro lado, trabajamos en la prevención a través de la formación que damos a profesores, niños y niñas y en familias. Es un trabajo muy importante porque permite concienciar y dar respuestas a las principales preguntas sobre cómo prevenir y actuar frente a un caso concreto de violencia.

Por último, seguimos estudiando los fenómenos relacionados con la violencia en nuestro país y, a raíz de nuestro trabajo de investigación, publicamos y divulgamos informes para arrojar luz sobre los diferentes tipos de violencia.

Entonces, tal y como le pasa al protagonista de la película Joker, los niños y niñas son las víctimas más vulnerables al estar expuestos a múltiples tipos de violencia, desde tratos negligentes, golpes, insultos, humillaciones o amenazas, hasta violencia online y violencia sexual.

Ayúdanos a protegerlos. 

FIRMA NUESTRA PETICIÓN PARA ACABAR CON LA VIOLENCIA