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Invertir en la infancia de Andalucía

El pasado 24 de marzo, presentamos el informe Iluminando el futuro: invertir en educación es luchar contra la pobreza infantil, informe de ámbito estatal pero que presenta datos concretos sobre Andalucía. Aún no tratándose de un informe específico sobre nuestra Comunidad Autónoma, nos ofrece unas claves muy claras para conocer qué se ha hecho hasta ahora en Andalucía en materia de equidad educativa, nos orienta acerca de lo que queda por hacer, que no es poco, y sobre todo, nos ayuda a entender cómo hacerlo.

Los resultados del informe no dejan en buen lugar a Andalucía, que ocupa el puesto 15 de 19 (se han analizado las 17 CCAA y las 2 Ciudades Autónomas) en nuestro Índice de equidad educativa, situándose en el grupo de Nivel equidad educativa baja, sólo por delante de Extremadura y Murcia (Nivel bajo) y Canarias y Melilla (Nivel muy bajo).

No son buenas noticias, desde luego, aunque por otro lado, sí podemos comprobar cómo a la hora de evaluar la pertinencia y coherencia de las políticas públicas en materia educativa, Andalucía aparece mejor situada (en el puesto 8 de 19) que la posición que ocupa en el índice. Así, el aparente diseño de políticas coherentes y pertinentes, choca frontalmente con la realidad que expresa el índice.

El 45,3% de la infancia andaluza se encuentra en situación de pobreza o exclusión social, ¿Cuál es su realidad?

Su realidad. La del 45,3% de la infancia andaluza, aquélla que se encuentra en situación de pobreza o exclusión social por motivos socio-económicos, frente a la media estatal de 32,6%, casi 13 puntos porcentuales por encima, y que ve como su acceso a la educación no se produce en condiciones de igualdad con otros niños y niñas, ni de su propia comunidad ni de otras regiones del estado.

La tasa de absentismo escolar en Andalucía es del 36,4% , superior a la media nacional del 28%, mientras que la tasa de abandono escolar temprano es del 28,7%, también por encima de la española del 23,5% y la europea del 12%. En Andalucía, el 26,5% de los alumnos de secundaria no obtiene el graduado de la ESO, frente al 24,5% en España.

Hoy día, en 2015, Andalucía se encuentra muy lejos de cumplir los objetivos europeos en materia de educación fijados para el año 2020.

¿Qué está pasando? Seguramente, en Andalucía, al igual que los análisis que se podrían hacer en otros territorios, nos vendría bien apoyarnos en factores de diversa índole -históricos, sociales, económicos, políticos,…- para explicar el porcentaje de pobreza infantil, ligado éste a los altos índices de pobreza en general, tasas de desempleo, poca inversión, etc, y así poder a su vez dar una explicación a esa preocupante realidad que en materia de equidad educativa arroja nuestra Comunidad. Pero quizás sea también necesario ahondar en el recorrido de las políticas que ponen a Andalucía, una vez más, en una situación tan preocupante, que exige un esfuerzo mucho mayor en inversión directa en políticas de infancia.

¿Podemos sentirnos satisfechos de tener unas políticas educativas medianamente bien orientadas cuándo la inversión en educación ha bajado en un 2,5% en los últimos años?

¿Podemos decir que se están desarrollando las medidas adecuadas para promover la equidad educativa cuándo encontramos estas cifras tan preocupantes en nuestra Comunidad Autónoma?

¿Consideramos de manera real y con reflejo objetivo en las políticas y presupuestos, que la inversión en infancia deba ser prioritaria para poder dotar a todos los niños y niñas de las mismas oportunidades y evitar ahondar en la brecha de desigualdad, que precisamente la ausencia de estas medidas específicas contribuye a mantener o aumentar?

Ahora en este trimestre, es la primera vez que ha empezado a aprobar idiomas. Quisiera meterlo en extraescolares para inglés pero no puedo, ahora en cualquier trabajo te piden un idioma, y yo estoy con eso…, él quisiera meterse, claro, pero me dice que si no se puede, no se puede. Hasta dónde lleguemos, papá, me dice.”

Lo que mide la falta de equidad educativa y por consiguiente la pobreza educativa, no es solo la educación en el ámbito escolar - que aunque asegurada universalmente por la Constitución española en su artículo 27, tiene muchos aspectos que mejorar (infraestructuras escolares, número de centros con comedor, conectividad en las aulas, tasas de abandono escolar temprano, absentismo,…)-  sino que se enfoca también en la educación fuera del ámbito escolar, factor fundamental, además de para complementar la educación formal, para contribuir al desarrollo integral del niño.

Apoyar la educación formal fuera del aula, poder asistir a actividades lúdicas, disfrutar de actividades recreativas, deportivas o culturales, marca una extraordinaria diferencia entre los niños que pueden disfrutar de dichas actividades y los que no.

Como nos cuenta el padre de uno de los niños que asiste a nuestros Programas, “Ahora en este trimestre, es la primera vez que ha empezado a aprobar idiomas. Quisiera meterlo en extraescolares para inglés pero no puedo, ahora en cualquier trabajo te piden un idioma, y yo estoy con eso…, él quisiera meterse, claro, pero me dice que si no se puede, no se puede. Hasta dónde lleguemos, papá, me dice.”

Y otra madre, que se resigna a no poder darles a sus hijos la posibilidad de disfrutar de actividades deportivas y de ocio. “No puedo, me gustaría, pero no puedo. Te he dicho que les gustaría hacer lo de la zumba, pero la verdad que no me lo puedo permitir, son 20€ al mes para los dos, una vez a la semana, y no puedo, no puedo.