la historia de hassan
trabajador humanitario
Escrito por Hassan Basha, trabajador humanitario en Save the Children, Yemen
Mi primer contacto con el mundo humanitario fue en marzo de 2013, cuando me uní al equipo de Save the Children en Yemen, recién graduado de la universidad. La verdad es que al principio lo que me importaba era encontrar un trabajo estable. No fue hasta unos meses más tarde cuando me di cuenta de que este trabajo me aporta mucho más que una estabilidad o dinero. Este trabajo es un compromiso de por vida y el dinero está al final de la lista de razones por las cuales me siento orgulloso de ser un trabajador humanitario.
Mi motivación: aliviar el sufrimiento de los niños y las niñas
Unos meses después de unirme a la organización, comencé a saber un poco más sobre la misión de Save the Children. Aprendí qué hacemos y qué cambios y avances conseguimos para aliviar el sufrimiento de los niños y las niñas en todo el mundo. Mientras aprendía sobre la historia de Save the Children, me encontré con estas palabras que cambiaron mi perspectiva sobre la vida y marcaron mi carrera para siempre:
Miles de personas... Cansadas, enfermas y hambrientas. Tenía que llevar a mi hermano pequeño en brazos. Un día vi que ya no se movía ni lloraba por pan. Se lo llevé a mi madre y ella vio que estaba muerto. Nos alegramos de que estuviera muerto porque no teníamos nada para darle de comer.
Este es el testimonio de un niño armenio que habló con Save the Children en 1921, cuando estábamos respondiendo a la devastadora hambruna que sufría el país. Solo puedo imaginar la magnitud del sufrimiento y la impotencia que una madre debe sentir al ver a sus hijos hambrientos para que se sienta aliviada de que su bebé haya muerto.
Eglantyne Jebb y Dorothy Buxton, fundadoras de Save the Children, son dos hermanas que en su día se negaron a guardar el silencio sobre el sufrimiento de los niños y niñas que estaban muriendo de hambre. Hace cien años comenzaron la lucha por proteger a los niños y sus derechos más fundamentales. Y cuando leí esas palabras, supe que continuaría su lucha por el resto de mi vida.
La lucha en Yemen: la mayor crisis humanitaria del mundo
Lamentablemente, los derechos de los niños siguen siendo ignorados deliberadamente en todo el mundo. Tal vez en ningún sitio más que en mi hogar, Yemen, que ahora mismo es considerada la mayor crisis humanitaria del mundo. En el Yemen desgarrado por la guerra, los niños y las niñas están predestinados a sufrir y sus vidas a veces hasta terminan antes de que puedan comenzar adecuadamente.
Uno de mayores desafíos para las mujeres aparece durante el embarazo. Se saltan las comidas debido a la pobreza y falta de alimentos, lo cual puede llegar a interrumpir el desarrollo del bebé. Durante los primeros años de vida de un niño y una niña, las madres lactantes están desnutridas y, eventualmente, sus bebés también sufren desnutrición y crecen con daños irreversibles en su desarrollo, si tienen la suerte de sobrevivir.
Los niños y niñas desnutridos son mucho más vulnerables ante enfermedades prevenibles como la diarrea y las infecciones respiratorias. El cólera y la difteria, enfermedades que para nosotros pertenecen a los libros de historia abundan en Yemen y ponen en peligro la vida de miles de niños y niñas todos los días.
Si sobreviven, se enfrentan a las duras realidades de la guerra: la pobreza extrema, el hambre y el desplazamiento forzado. Se ven obligados a huir de sus hogares para escapar a las lesiones o la muerte, o están expuestos al riesgo de la explotación y el abuso. Y además de todo esto, a menudo tienen que faltar a la escuela. Esto les deja sin ningún tipo de futuro.
Estos niños y niñas están muriendo por culpa de un conflicto que no eligieron y sin nunca ser escuchados.
El peor lugar del mundo para ser un niño o una niña
Después de más de 4 años de guerra, Yemen es una crisis humanitaria, de protección y económica. La guerra ha tenido un impacto devastador en todo el país. El nivel de destrucción causado en las casas, los hospitales, las escuelas y otros lugares públicos ha hecho que el país retroceda décadas en el tiempo.
En Yemen, los cuerpos de los niños y niñas son sacados de los escombros de edificios bombardeados a diario. Pueden estar corriendo y jugando en una boda y de repente encontrarse en un hospital empapados de sangre, perdiendo una extremidad o buscando a sus familiares después de un bombardeo.
En Yemen, los niños y las niñas están encerrados en sus casas, traumatizados por lo que han vivido: cada ruido les recuerda a las bombas, minas y balas perdidas. En Yemen, una bomba mata a 40 niños y niñas viajando en un autobús y se considera un "objetivo legítimo".
La clave es no rendirse y recordar por qué hacemos esto
A pesar de los desafíos, me solidarizo con mis compañeros y compañeras humanitarios del mundo entero que no renuncian al compromiso que asumimos para llegar a los más vulnerables.
En Save the Children, siempre nos esforzaremos por llegar a los niños y las niñas vulnerables, estén donde estén y sin importar los desafíos a los que se enfrentan. Continuaremos la lucha que se inició hace cien años por Eglantyne Jebb y Dorothy Buxton. Donde haya un conflicto, allí estaremos.
Siempre honraré mi compromiso con los niños y las niñas de Yemen, simplemente porque ningún niño nace para morir. Seguiré luchando para que los niños de mi país puedan crecer. Seguiré luchando para que los niños de mi país tengan un futuro.
Nuestro trabajo con los niños y niñas en Yemen
Desde mayo de 2015 hemos atendido a más de 2 millones de niños y niñas en situaciones de extrema gravedad. Nuestro trabajo en Yemen se desarrolla principalmente en cinco áreas:
- Tratamiento de los casos de desnutrición severa y proporcionando comida y suplementos vitamínicos
- Rehabilitación de centros de atención sanitaria y envío de equipos de salud itinerantes a las comunidades más remotas
- Distribución de agua potable, kits de higiene y transferencias monetarias para que las familias puedan comprar comida
- Apoyo para la recuperación de los medios de las familias (fomento del empleo, apoyo a la economía local…)
- Creación de espacios seguros para que los niños y niñas puedan jugar, aprender y superar el trauma de lo que han vivido