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En la violencia de género no hay una sola víctima

Las emociones que tenía en esos momentos concretos eran de soledad sobre todo, tanto si estaba feliz como si estaba triste. Estuviera como estuviera anímicamente en ese momento, una gran parte de mí sabía que no tenía a nadie al lado en quién apoyarme para poder salir de esa situación (…). Y la otra era miedo. Miedo hacia la persona que en esos momentos me dañaba a mí, o a mi madre, y también hacia la gente en general porque no tenía seguridad en ningún lado. Para mí la seguridad era mi habitación, cuando yo estaba sola”.

Marta*, 18 años. Sufrió la violencia de género en su casa cuando era una niña.

Se estima que, como Marta, 800.000 niños y niñas en toda España sufren las consecuencias de la violencia de género.

 

Antes esta realidad, es necesario visibilizar a los hijos e hijas de las mujeres que sufren violencia de género. Aunque no estén siempre presentes, la violencia de género tiene gran impacto en el desarrollo psicológico y emocional de los niños y niñas. Ya desde el embarazo la violencia de género provoca un estrés en la madre que puede afectar en el crecimiento del feto.

Durante la infancia, la exposición a estas situaciones tiene repercusiones negativas significativas a corto, medio y largo plazo en el desarrollo emocional, social, cognitivo y académico, pudiendo afectar incluso al funcionamiento en la vida adulta. Algunos de sus efectos son: problemas de socialización, aislamiento, inseguridad, problemas de integración, pesadillas, insomnio, fobias, ansiedad, alteraciones del desarrollo afectivo y la interiorización de roles de género erróneos.

En algunos casos, la consecuencia extrema de esta violencia es la muerte de los niños, normalmente junto a la de su madre. En lo que va de año 4 niños han perdido la vida como consecuencia de la violencia de género y 40 han quedado huérfanos. Según el Centro de Estudios Reina Sofía, durante 2009 un 8% de los asesinatos de mujeres víctimas de violencia de género fueron presenciados por los hijos o hijas de las víctimas.

Es importante insistir en que los efectos de la violencia de género se detectan también en niños y niñas que no la han presenciado. El mero hecho de vivir en un ambiente en que existen las dinámicas del maltrato tiene consecuencias en los niños y niñas que pueden acabar interiorizando modelos violentos que, en muchos casos, se repiten en la edad adulta.

Ni la sociedad, ni muchas veces las propias madres entienden el impacto que la violencia de género tiene sobre los niños y niñas. En este sentido es significativo que casi un 17% de la población considera que una de las razones por las que las mujeres perdonan al maltratador es “por sus hijos”.

Además, no existen estudios cuantitativos ni una recogida sistematizada de datos sobre los hijos y las hijas de las mujeres víctimas de violencia de género, que permita, tomar decisiones adecuadas para dar respuesta al mismo.

Aunque desde la aprobación de la Ley Integral Contra la Violencia de Género se ha incrementado la asistencia social a los niños y niñas hijos de mujeres víctimas, es necesario reforzar y ampliar los recursos específicos para atenderlos, especialmente en el ámbito judicial. Garantizando además la coordinación entre los diferentes ámbitos policial, sanitario, educativo, social, etc.

Por ejemplo, cuando una mujer acude a un juzgado a denunciar un caso de violencia de género con sus hijos nadie atiende a los niños”

Yolanda Román, responsable de Incidencia Política de Save the Children.

Es necesario que los niños y las niñas que sufren las consecuencias de la violencia de género dejen de ser invisibles y reciban la protección y la atención que necesitan. Por ello en Save the Children hemos lanzado la campaña de sensibilización ‘No hay una sola víctima’, con la colaboración del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, que cuenta con un spot producido por la agencia Young & Rubicam y una gráfica con dibujos reales de niños que han sufrido la violencia de género, realizados durante su terapia.