Sima Diab/Save the Children

El foro de davos dibuja el futuro:
¿y qué pasa con la infancia?

  • El mundo se ha vuelto cada vez más peligroso para los niños y las niñas y el respeto de sus derechos ante el aumento de las perturbaciones climáticas, los conflictos armados y las sacudidas económicas. 

  • La cifra de niños y niñas que viven en zonas de conflicto se ha duplicado desde 1990 y asciende a 468 millones, según Save the Children. 

  • El papel del sector privado es clave para garantizar el desarrollo de la infancia a través de sus políticas de sostenibilidad, la inversión y financiación y su capacidad tecnológica y de innovación. 

La élite política y económica mundial se da cita cada mes de enero en la localidad alpina de Davos. Durante una semana, Suiza acoge la asamblea anual del Foro Económico Mundial en la mayor cumbre empresarial del año donde se dibuja, entre más de 3.000 líderes de 130 países, el mapa de retos y desafíos que darán forma a las agendas globales, regionales y sectoriales de los próximos meses y años.  

En el inicio de 2025, el panorama mundial está cada vez más fracturado en los ámbitos geopolítico, medioambiental, social, económico y tecnológico, según el Índice de Riesgos Globales. El informe constata que asistimos a una expansión y escalada de los conflictos, a multitud de fenómenos meteorológicos extremos incrementados por el cambio climático, a una polarización social y política generalizada y a avances tecnológicos que incrementan los desafíos informativos, de acceso y de derechos.  

La cumbre de Davos apunta que los riesgos derivados de este contexto son cada vez más complejos y urgentes y acentúan un cambio de paradigma con mayor inestabilidad mundial donde los riesgos medioambientales se consolidan como mayor fuente de preocupación en el largo plazo. Al mismo tiempo, el miedo y la incertidumbre nublan las perspectivas en varias partes del mundo, como Ucrania, Oriente Medio y Sudán, y las instituciones multilaterales y organizaciones sociales se esfuerzan para encontrar soluciones.  

A pesar de que hay 2.200 millones de niños y niñas en el mundo y representan en torno a un 27% de la población mundial, la infancia no está presente en estas conversaciones ni forma parte de los desafíos que se dibujan en esta cita. Sin embargo, es uno de los grupos de población más afectados por estos riesgos, especialmente por los conflictos y los impactos del cambio climático, con serios riesgos para su bienestar, salud y desarrollo.  

Un ejemplo de ello es que los niños y las niñas desplazados por el cambio climático a menudo terminan viviendo en zonas en donde los servicios, como la atención de la salud y la educación, son limitados. El informe de Save the Children ‘Born into the climate crisis’ calcula que alrededor de 37 millones de niños y niñas en el mundo ven interrumpida su educación cada año por las amenazas climáticas.   

El informe 'No a la guerra contra la infancia. Pathways to Peace' de Save the Children, revela que un total de 473 millones de niños (el 19% de la población infantil mundial) vivían en zonas de guerra en 2023, y el número de violaciones graves cometidas contra los niños y niñas (31.721 casos documentados) en situaciones de conflicto armado alcanzó un máximo histórico el año pasado. Además, el coste de la violencia se disparó a 19,1 billones de dólares el año pasado, mientras que las inversiones en paz y prevención de conflictos se mantuvieron bajas.  

Las consecuencias del avance tecnológico, las implicaciones de la inteligencia artificial y el uso masivo de redes sociales también han estado presentes en el Foro Económico Mundial. En este contexto, es necesario garantizar que la infancia tenga acceso a herramientas digitales acompañada de una educación de calidad que prepare a los niños y niñas para su futuro, en un uso responsable y seguro de internet y las nuevas tecnologías, como explica el informe Derechos sin conexión de Save the Children.  

EL SECTOR PRIVADO ES CLAVE PARA CREAR UN FUTURO PARA LA INFANCIA

Los líderes políticos, económicos y empresariales presentes esta semana en Davos tienen la capacidad para cambiar las condiciones de vida de la infancia. En 2025, el sector privado puede jugar un rol fundamental para mitigar todos estos impactos a través de la mejora de sus cadenas de suministro, la inversión en sostenibilidad y el apoyo con recursos, conocimientos técnicos e innovación a proyectos destinados a mejorar las condiciones de vida de los niños y las niñas.  

Se estima que son necesarios 4 billones de dólares al año para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A pesar de ser una cifra elevada, es apenas una pequeña parte de toda la financiación que fluye alrededor del mundo cada año. Además de las subvenciones y donaciones vinculadas a la filantropía tradicional, el sector privado tiene la capacidad de movilizar enormes cantidades de capital que permiten a las organizaciones sociales llegar mucho más lejos y generar un impacto mayor sobre la infancia.  

Las empresas pueden ser un importante motor de cambio para movilizar recursos y escalar soluciones innovadoras. Sin embargo, también debe haber un compromiso para garantizar que sus políticas no solo sean sostenibles, sino que prioricen a la infancia como un eje clave de sus estrategias

Esto empieza por incluir a a los niños y las niñas en el debate global sobre tendencias, retos y riesgos. Los desafíos y las necesidades son muchos y la infancia necesita miradas integrales que vayan más allá de las respuestas momentáneas o superficiales. Los enormes retos que se dibujan cada año requieren de resiliencia, anticipación y trabajo conjunto para cambiar la realidad de millones de niños y niñas en el mundo que no pueden hacerlo solos. Los conflictos armados, las crisis económicas y los impactos del cambio climático son problemas globales interconectados que requieren de nuevos enfoques colaborativos y alianzas transversales que salvaguarden su derecho y su futuro.