Cuando la escuela no es un lugar seguro
En los últimos años la escuela se ha convertido en un objetivo para muchos grupos armados, cada poco tiempo oímos en las noticias el ataque a algún centro educativo con víctimas infantiles como resultado. La posibilidad de aprender y enseñar se ha vuelto en muchos lugares cada día más peligrosa, sobre todo escuelas de niñas, transformándolos en sitios de violencia cuando deberían ser espacios seguros y protegidos.
Por ejemplo, Siria registró al menos 650 casos de ataques a escuelas o uso militar de las mismas, ¿Podemos imaginar nuestra escuela bombardeada? y ¿convertida en un cuartel o almacén de armas?
Las escuelas deberían ser un espacio seguro, existe un consenso global en relación a su protección en momentos de conflicto, por esta razón más de un tercio de los estados miembros de la ONU, 74 países, han respaldado la Declaración de Escuelas Seguras.
La situación es tan preocupante que el Objetivo de Desarrollo Sostenible número cuatro, “Educación de calidad, un compromiso global para lograr una educación de calidad universal y equitativa para 2030”, incluye un indicador que mide el número de ataques a estudiantes, personal e instituciones educativas, reconociendo el imperativo de salvaguardar la educación en conflictos armados.
En 2017, Save the Children dio respuesta sobre el terreno actuando en 43 conflictos en todo el mundo, con el objetivo de proteger a los niños y niñas, defendiendo sus derechos y ayudándoles a ser niños. Este trabajo fue gracias a donantes, instituciones y como en el caso de nuestros programas en centros escolares niños que ayudan a niños a través de su esfuerzo y compromiso. Este curso, en 2019 cumplimos 100 años, una fecha para celebrar con un gran reto. Un millón de niños y niñas que ayudan a otro millón de niños a los que la guerra a robado sus sueños y su derecho a la educación y estamos seguros de que con vuestra ayuda vamos a conseguirlo.