Cambio Climático:
Niños y niñas en
peligro en todo el mundo
Este 2019 será recordado como el año en el que la crisis climática devastó parte del sur y este de África, con inundaciones, sequías, ciclones y deslizamientos de tierra que dejaron al menos a 35 millones de personas en niveles de crisis por inseguridad alimentaria. De esta población, más de 17 millones son niños y niñas.
Más de 600 millones de niñas y niños viven en los 10 países más vulnerables al cambio climático. Entre los efectos del mismo, la polución ambiental está relacionada con retraso en el crecimiento intrauterino o bajo peso al nacer lo que conlleva un deficiente desarrollo cognitivo del bebé. Las sequías traen consigo una reducción del acceso a alimentos y, en consecuencia, desnutrición o malnutrición y migraciones forzosas.
No solo aumentan las cifras de desnutrición y las muertes por falta de alimentos, especialmente de bebés, sino que los desplazamientos de la población huyendo de sequías, inundaciones o sucesos similares suponen riesgos adicionales para los niños y niñas: son separados de sus familias, abandonan la escuela y corren peligro de ser explotados.
Como organización humanitaria tenemos el deber de alertar de las graves consecuencias que la crisis del clima y los desastres naturales derivados de ella tienen en la infancia de esta región del planeta.
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nuestro trabajo
La situación en África
En 2019, debido a los desastres vinculados al clima, se prevé que habrá 2,1 millones de personas desplazadas en el sur y este de África. La crisis climática está generando aún más desigualdad, pobreza y desplazamientos en África oriental y meridional. Está matando gente, les está obligando a abandonar sus hogares y está arruinando la posibilidad de que los niños y las niñas tengan un futuro.
Recordamos a la comunidad internacional que es necesario cambiar la forma en que se desarrollan los programas y políticas de financiación para garantizar una respuesta rápida ante desastres naturales y trabajar con los gobiernos de África oriental y meridional para poner en marcha planes nacionales contra el cambio climático.
Los sucesos climáticos erráticos y extremos en el sur y este de África han significado que en 2019 al menos 1.200 personas hayan fallecido como resultado de ciclones, inundaciones y deslizamientos de tierra en Mozambique, Somalia, Kenia, Sudán y Malawi.
El fenómeno del niño
El fenómeno de El Niño es responsable por sequías e inundaciones que amenazan la vida de los niños y niñas en todo el mundo.
Millones de niños y niñas viven en zonas calurosas y áridas o azotadas por grandes tormentas con fuertes lluvias. El Niño está producido por un calentamiento del Océano Pacífico. Esta masa de agua caliente hace que los vientos alisios se debiliten o cambien de dirección. Como resultado de este cambio de corrientes en aire y mar, se libera calor a la atmósfera y cambian las condiciones climatológicas en todo el mundo.
En lugares como Etiopía, el impacto de El Niño es ya grave y potencialmente mortal. En otros lugares, como Indonesia, sabemos que es inminente la situación de escasez de alimento. La atención humanitaria se ha movilizado demasiado tarde en ocasiones anteriores. Más de 250.000 personas murieron en Somalia durante la crisis alimentaria del Cuerno de África, después de que las advertencias que se lanzaron no lograsen traducirse en una acción temprana. Esto no debe volver a ocurrir.
Aunque el cambio climático no afecta al fenómeno de El Niño, sí que incrementa sus efectos. Para frenar las consecuencias trabajamos para ayudar a las comunidades a prepararse y responder en muchos de los países más afectados de África, Asia y América Central.
Los desplazamientos
Es llamativo como tan solo en la primera mitad de 2019, más de un millón de personas de 7 de los 10 países se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
La mitad lo hizo con motivo del ciclón Idai, que afectó a Mozambique, el cual fue seguido seis semanas después por el ciclón Kenneth.
Si a esto sumamos los desplazamientos provocados por las últimas inundaciones en Somalia, Etiopía, Kenia, Sudán del Sur y Sudán, se prevé que 2019 cerrará con 2,1 millones de personas desplazadas como consecuencia del cambio climático, muy superior a los 1,7 millones de desplazados del año anterior.
Nuestro trabajo
Desde nuestra fundación hace 100 años, las emergencias por desastres naturales propiciados por el cambio climático aumentan cada día y es necesario atender a más y más niños y niñas víctimas de la crisis climática global.
Nuestra organización es el líder mundial en la protección de niños y niñas en emergencias y desastres naturales.
Trabajamos con las comunidades para establecer rutas de evacuación, intentamos adelantarnos a posibles desastres disponiendo antes suministros para una respuesta rápida en caso de emergencia, favorecemos el acceso a agua limpia y desarrollamos intervenciones contra los efectos de la sequía. Por otro lado, apoyamos el activismo estudiantil para exigir acciones sobre el cambio climático, en África oriental y meridional y en todo el mundo.
La Cumbre del Clima en Madrid
Nuestra organización participa en la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid (del 2 al 13 de diciembre) para pedir mayor compromiso en la reducción del impacto del cambio climático en los menores. La crisis climática está generando aún más desigualdad, pobreza y desplazamientos. Esta crisis está matando gente y arruinando la posibilidad de que los niños y las niñas tengan un futuro. Tenemos que intervenir y lo haremos para dar a conocer y promover un cambio que sirva para aliviar las consecuencias actuales del cambio climático y buscar soluciones para salvar la vida a millones de niños y niñas en todo el mundo.