cdi_oscarnaranjo_008.jpg

Aterrizando en Costa de Marfil

Nuestro primer día aquí, os puedo decir que Costa de Marfil supera todas mis expectativas: la verdad es que no tenía muy claro lo que me iba imaginando conforme se acercaba la fecha de venir para acá pero, seguro, esto es mucho más: Hoy hemos visitado las escuelas publicas de educación primaria de Assouba, un pueblo a 150 km de Abidján, reconstruidas por Save the Children. Allí estudian casi 650 niños y trabajan alrededor de 15 profes. ¿Cómo lo consiguen?, muy fácil, con 60- 70 niños por clase y, aunque parezca imposible, logran enseñarles todo lo que estos niños saben. Hay que quitarse el sombrero ante estos maestros de aquí… Hemos estado intercambiando información y experiencias con ellos sobre aspectos de educación: métodos, condiciones, equipamiento, materiales, etc… y nos han impresionado el interés por todo lo que les pudiéramos contar y las ganas de aprender y mejorar su trabajo. Y os digo otra cosa, no tenemos derecho, en nuestro mundito cómodo y civilizado, a quejarnos de nuestros horarios, sueldos ni condiciones laborales, repito, no tenemos derecho; no os podéis imaginar cómo son aquí… Y para terminar este primer comentario he dejado lo mejor: los niños: son guapísimos, tiernos, sonrientes y agradecidos. No os imagináis cómo miran con esos ojazos, no se necesita saber francés ni hablar para darte cuenta de que, sólo acercándote un poco a ellos, guiñándoles un ojo, dándoles la mano o sacándoles la lengua, has establecido una comunicación perfecta. Las cosas más habituales para nosotros se convierten en una fiesta para ellos: tendríais que haber visto cómo ha desaparecido Oki, nuestro fotógrafo, bajo una marabunta de niños alucinados por que les enseñara las fotos que les estaba haciendo, le seguían por todos sitios como si fuese el flautista de Hamelín!!!… Nos ha costado un montón despedirnos de la escuela, los niños nos rodeaban dándonos las manos, acariciándonos nuestra piel blanca y, los más atrevidos, haciéndonos hasta cosquillas. Ha sido emocionantísimo. La única pena que nos queda es que no hemos podido entregarles todos los regalos que nuestros alumnos de España habían preparado para ellos: cartas, fotos, cuentos, balones, globos… En fin, supongo que esto de perder las maletas en los vuelos son gajes del oficio… Seguro que la gente de Save the Children de aquí se los entregarán en cuanto aparezcan… Bueno, chicos, en breve más vivencias y más colores, sonrisas y miradas desde Costa de Marfil, ahora vamos a dormir un rato, que llevamos muchas horas sin pillar una cama… Besos para todos, María Luisa