30 de Enero Día Escolar de la Paz y la No violencia

El día 30 de Enero se celebra en los centros escolares de todo el país el Día escolar de la Paz y la no violencia,  es un momento para la reflexión, para el recuerdo y para tener presente la situación de conflicto que se vive en muchos lugares del mundo con victimas inocentes.
En todas las escuelas, institutos y centros de enseñanza se lleva a cabo alguna actividad que permita no olvidar la necesidad de paz  y nosotros no podemos olvidarnos de un país que nos toca muy de cerca, que vive ahora una situación de inestabilidad que incide en todo el mundo, pero sobre todo en los niños y niñas, Costa de Marfil, donde los problemas de los adultos y no saber resolver los conflictos está llevando al país de nuevo a una guerra que no querríamos que se produjera.
Dejo aquí una breve noticia de cómo está la situación para que reflexionemos y pensemos en como podríamos ayudar.
 
24/01/2011. Más de 20.000 personas, entre ellos 9.300 niños y niñas, han huido de sus casas en Duekoué hacia ciudades vecinas debido a la violencia y la consecuente inseguridad. Más de 2.300 de los niños y niñas desplazados tienen menos de cinco años y hay casi 400 madres que aún están dando el pecho a sus bebés.

Un equipo de Save the Children acaba de visitar tres ciudades del oeste de Costa de Marfil para evaluar la situación de los desplazados, identificar las necesidades más urgentes y priorizar las áreas de respuesta. Con tres bases en la zona, ya hemos comenzado a distribuir material básico como cubos o esterillas para dormir y estamos poniendo en marcha centros para los niños y niñas desplazados en refugios con materiales para jugar. Además, también llevamos a cabo actividades para escuchar y hablar con los niños y que así recuperen el estado de normalidad cuanto antes.

“Hemos empezado a proporcionar materiales básicos para las familias y ahora vamos a centrarnos en sus necesidades emocionales y psicológicas. Estos niños y niñas lo han pasado muy mal las últimas semanas, han tenido que abandonar sus casas, sus pertenencias, sus amigos e incluso a miembros de su familia. Tienen miedo y necesitan apoyo para volver a la normalidad”, explica Lucía Losoviz, responsable de Programas Internacionales de Save the Children.

“Hemos trabajado en este tipo de situaciones antes y sabemos lo importante que es para los niños y niñas tener la oportunidad de jugar con sus amigos. Muchos de ellos se han acercado a nuestro personal para contarles sus experiencias. Sabemos de niños y niñas que han presenciado violencia, que han visto como sus casas se quemaban o que han sido separados de sus familias”, añade Losoviz.

Las necesidades emocionales de los niños y niñas son una prioridad en este momento

“Huí con mis padres porque ví gente quemando tiendas, pegando a hombres y mujeres e incluso a niños y niñas de mi edad. Fue realmente horrible. Fue la primera vez que ví algo así. Estaba triste y muy asustada cuando llegué al refugio”, cuenta a nuestros compañeros la pequeña Moussa, de 10 años.

Hemos comenzado a tratar las necesidades emocionales, psicológicas y sociales de los niños y niñas distribuyendo juguetes y poniendo en marcha actividades de recreo donde puedan jugar juntos, ayudándoles a superar las dificultades por las que han pasado.

Yaya, de 13 años, cuenta: “Tuve que huir con mi madre y mis dos hermanas. Mi padre se quedó en Duekoué. No sé nada de él y estoy preocupada. Estoy contenta en el refugio porque me han dado ropa. Nos han dado juegos y cosas para jugar y así poder olvidar las cosas que hemos visto”.

Trabajamos de cerca con agencias de Naciones Unidas y otras ONG para identificar las necesidades más urgentes para los desplazados dentro de Costa de Marfil, así como para los refugiados en Liberia y otros países vecinos. Unos 30.000 marfileños han huído a Liberia, entre ellos 14.000 niños y niñas. Naciones Unidas estima que unas 300 personas han huído a Guinea y más de 50 a Mali o Burkina Faso.

Llevamos asentados en Costa de Marfil desde 1996, cuando comenzamos a proporcionar cuidado y apoyo a los niños, niñas y sus familias que huyeron de la violencia de Liberia.