2705 historias, 2705 razones
2705 es solo una cifra más. 4 números, uno detrás de otro. Pero en el momento en el que este número se convierte en historias, la cosa cambia. Muchas más de las que contaba Sherezade en Las Mil y Una Noches, todas estas historias han llegado a buen puerto, nunca mejor dicho, gracias a tu apoyo.
Y es que este número que define todo nuestro trabajo a bordo del Vos Hestia desde septiembre: 2705 personas rescatadas del Mediterráneo desde nuestra primera misión. Y cada una de ellas es una nueva historia que, gracias al trabajo de nuestro equipo a bordo del Vos Hestia, va a tener su desenlace fuera de un bote de plástico en medio del mar. Niños, embarazadas y todo tipo de personas y de situaciones que nos hemos ido encontrando los tres meses que ha estado en funcionamiento nuestro barco de búsqueda y rescate.
Vigilantes con los prismáticos dirigidos hacia el horizonte, atentos a cualquier aviso de la Guarda Costera italiana, nuestro equipo a bordo del Vos Hestia ha pasado los últimos tres meses preparados para responder a cualquier llamada de socorro que se diera en la ruta del centro del Mediterráneo, la más mortífera de todas las rutas de refugiados actuales. Incluso en las situaciones más peligrosas en las que la vida pendía de un hilo, se han mantenido fuertes y profesionales. Su respuesta en uno de sus rescates de emergencia, al encontrar a una mujer embarazada con principios de eclamsia y tener que organizar su evacuación vía helicóptero en medio de la noche es solo un ejemplo más de su entrega.
La odisea que comenzó en 2010: Fadi y su familia
Fadi* decidió emprender el viaje a Europa con su familia en 2010 al ver que no podía encontrar trabajo y que los costes de la medicina de su hija Amena, que tiene asma y un defecto en el corazón, eran demasiados. “Un oficial en el control de Sueida me preguntó por qué estábamos dejando Siria. Yo le dije: “Dame 100 libras para la comida y medicación de mi hija y no me iré.” Él no supo qué decirme.” No sabía en ese momento que iba a emprender un viaje que duraría 6 años y que le llevaría a poner su vida y las vidas de su familia en manos de traficantes en una playa de Libia.
No podías discutir con ellos, iban armados. Yo no tenía miedo por mí mismo. Tenía miedo por los niños. Mi mujer estaba aterrorizada. Cuando llegamos a la playa, mi hijo se puso a llorar y nos hizo llorar a mí y a mi hija.”
Durante el viaje el bote iba a reventar y el motor no paraba de fallar. Su hija Amena, que iba con un tanque de oxígeno por su enfermedad, empezó a ponerse mala a medida que el oxígeno se acababa. Cuando ya llevaban más de 9 horas a la deriva con el motor estropeado, fueron rescatados por nuestro barco.
Cuando el barco llegó y los chicos vinieron a rescatarnos, vieron que mi hija llevaba un tanque de oxígeno. La cogieron la primera junto con otra niña que no estaba bien.”
Amena fue tratada con urgencia por nuestros médicos a bordo que vieron que si hubieran tardado una hora más en encontrarles, puede que la niña no hubiera sobrevivido. Tras ser atendidos por nuestros médicos, Fadi y su mujer pudieron ver a su hija, que fue evacuada por helicóptero junto a su madre debido a la gravedad de su estado.
Fadi y su hijo pequeño se quedaron con nuestro equipo el resto del trayecto hasta las costas italianas. Muy agradecido con el trabajo de nuestros compañeros a bordo, Fadi empezó a replantearse como podría mejorar su vida una vez llegarán a Italia y pudieran comenzar de cero.
Primero, me gustaría empezar una nueva vida. Olvidar el pasado. Olvidar la guerra, las preocupaciones, y sobre todo el viaje por el mar, el viaje de la muerte.”
Su familia volvió a reunirse unos días después en el hospital. Amena había recibido todos los cuidados necesarios y ya estaba fuera de peligro, dispuesta a volver a disfrutar de su infancia.
Una historia entre miles
La historia de Fadi y su familia es solo una más de las miles de historias que nos hemos encontrado desde que el 7 de septiembre saliera de puerto nuestro buque de búsqueda y rescate Vos Hestia. Y no podríamos estar mas agradecidos de haberlas escuchado todas. Desde ese primer rescate, nuestro equipo se ha esforzado por intentar que todos los migrantes y refugiados a los que ha rescatado puedan volver a tener la esperanza de un futuro mejor. Mantas, comida, asistencia médica y psicológica a bordo, con especial atención a aquellos niños que han emprendido el viaje solos. Y todo este trabajo no lo hubiéramos podido llevar a cabo sin la ayuda y colaboración que hemos recibido durante este último año. Por todo esto, todo el equipo de Save the Children queremos darte las gracias a ti, por no flaquear y mantener tu compromiso a la infancia cuando los tiempos se vuelven oscuros y las odiseas parece que no se acaban.
Ayúdanos a que el barco de rescate siga recopilando historias de supervivencia.