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no a la guerra contra la infancia
Los niños y niñas pagan el precio más alto en cualquier conflicto
En los últimos 30 años, casi se ha duplicado la proporción de niños y niñas que viven en zonas de conflicto en todo el mundo. Esta tendencia alarmante coincide con una realidad preocupante: La impunidad con la que se están violando actualmente las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y otras normas internacionales destinadas a proteger a la infancia.
Hoy en día, el número de conflictos armados está aumentando y con ellos las violaciones graves contra la infancia. Aumentan los ataques a escuelas y hospitales. La denegación de ayuda humanitaria se utiliza como otra arma de guerra. Las reglas internacionales y las normas básicas de conducta que deberían proteger a los civiles en los conflictos armados se incumplen impunemente. La infancia está pagando la peor parte.
El número de violaciones graves contra la infancia –como el reclutamiento, la violencia sexual o la destrucción de escuelas– continúan creciendo a un ritmo inquietante. Hoy, seguimos hablando de niños y niñas que han visto truncadas sus vidas, que han perdido familiares y amistades, que se enfrentan al miedo, que sufren traumas mentales y físicos inimaginables, que se acuestan con hambre, más niños y niñas atrapados en primera línea de conflicto sin acceso a la ayuda humanitaria.
Los niños y las niñas sufren de forma desproporcionada las consecuencias de los conflictos.
La protección y la educación tienen una importancia vital para proteger a la infancia de las consecuencias más devastadoras de los conflictos armados, sin embargo, hay una carencia cronificada de recursos para estos programas. También existen marcos jurídicos y políticos diseñados para protegerles, sin embargo, las violaciones que sufren siguen estando poco documentadas, investigadas y denunciadas.
tres años de guerra en ucrania y la infancia sigue sin futuro.
En estos tres años, el conflicto ha dejado 40.800 personas heridas o muertas, de las cuales 2.500 eran niños y niñas.
La educación en Ucrania se ha visto totalmente afectada. Los niños y niñas ya no asisten a clases presenciales por el riesgo de ataques. Sus escuelas están demasiado cerca de la línea del frente y corren el riesgo de ser bombardeadas o carecen de un refugio equipado.
Los niños y niñas corren un alto riesgo de pérdida de aprendizaje, y la mayoría de los padres y madres afirman que sus hijos no reciben una educación de calidad.
Nuestra organización lleva trabajando en Ucrania desde 2014. En los últimos tres años, hemos ayudado a 3,8 millones de personas, entre ellas a 1,47 millones de niñas y niños, con distintos proyectos relacionados con la asistencia básica (alimentos y agua), transferencias de efectivo y creación de espacios seguros, para garantizar que los niños, las niñas y las familias afectadas por esta guerra reciban el apoyo que necesitan.
Esta es la petición que vas a firmar
Pedimos al Gobierno de España que impulse en la comunidad internacional el respete el Derecho Internacional y de manera específica:
Proteger el acceso y la ayuda humanitaria basada en principios, garantizando que las niñas, niños y la restante población civil puedan acceder con seguridad a la ayuda de emergencia y servicios de protección.
Reconocer la importancia vital de la protección de la infancia y la educación en las labores de emergencia, y aportar la financiación necesaria en consonancia con las necesidades, respetando las normas y estándares establecidos a nivel internacional.
Justicia ante las violaciones de derechos humanos. El asesinato y la mutilación de niños y niñas, junto con los ataques contra escuelas y hospitales, son graves violaciones contra la infancia. La comunidad internacional debe garantizar que se realicen investigaciones inmediatas e independientes y que los perpetradores sean llevados ante la justicia.
Garantizar que la infancia no es objetivo de guerra. Todas las partes deben evitar el uso de armas explosivas de gran alcance en zonas pobladas y garantizar que no se ataquen infraestructuras civiles.
Firma para proteger a la infancia víctima de cualquier conflicto.