Orgullo_2019

Orgullo LGTBI

digamos no a las
'terapias de reorientación'

  

En el contexto de la conmemoración internacional del Orgullo LGTBI, queremos pedir que se prohíban las ‘terapias de reorientación sexual’. Estas últimas, se utilizan para (supuestamente) modificar la orientación sexual o la identidad de género de niños, niñas y adolescentes LGTBI.

En nuestra opinión, y en la de los colegios profesionales de psicología y psiquiatría, estos supuestos tratamientos parten de la patologización y estigmatización de la orientación sexual y la identidad de género y provocan un grave daño en las personas que se someten a ellas, especialmente a niños y niñas que de por si son más vulnerables.

Defendemos que se tiene que considerar como situación de riesgo para la infancia el sometimiento a terapias de aversión a menores de edad pertenecientes al colectivo LGTBI por parte de sus progenitores o tutores legales. Y esta petición se recogía en el anteproyecto de Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia que no llegó a aprobarse en la anterior legislatura.

Reclamamos la actuación de la administración pública competente en el caso de que un niño, niña o adolescente sea obligado a acudir a este tipo de “tratamientos” para eliminar, reducir o compensar los daños y evitar así su desamparo y exclusión social.

En la actualidad, las terapias de aversión están prohibidas en Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Catalunya, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Navarra y Región de Murcia. Esto se traduce en el hecho de que hoy en día en España la protección de estos menores varía ante la ausencia de una norma aplicable en todo el territorio nacional. Por ello, pedimos al próximo Gobierno que recupere el anteproyecto de Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia de forma urgente. 

Al mismo tiempo, consideramos imprescindible que, en el ámbito escolar, en el deportivo o de ocio donde participen menores de edad se enseñe acerca de la diversidad y aceptación de las distintas orientaciones sexuales y de las identidades trans.

La violencia que los menores LGTBI sufren puede provenir desde su entorno familiar, al no comprender o aceptar su condición, hasta su entorno educativo, llegando a sufrir acoso escolar.

Por ello, insistimos en la necesidad de reconocer en todos los ámbitos el derecho de cualquier niño o niña a que su identidad de género sentida sea respetada y respaldada en todos los entornos de su vida. Su mayor vulnerabilidad hace imprescindible la inclusión de una perspectiva específica que vele por su protección y bienestar.